México, 11 de febrero 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Ana Balderas Trejo, «alcaldesa» panista de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, arrancó su gestión realizando costosas obras de remodelación… de sus oficinas.
Como si no hubiera otras necesidades en el municipio, la mujer despilfarró 900 MIL PESOS en acabados de lujo para su despacho, pese a que ella misma pregonaba en campaña sobre los dispendios de su antecesor. Además, cuando tomó posesión del cargo, anunció que las arcas municipales se encontraban sin recursos, por lo que endeudó a los habitantes con los bancos por 120 MILLONES DE PESOS.
De acuerdo con el diario Reforma, la panista había prometido que costearía las remodelaciones de su bolsillo, sin embargo Jaime Ramírez, director de Infraestructura y Obra Pública del municipió, informó que las obras se pagaron con recursos públicos y que además la cifra de 900 MIL PESOS no incluye el mobiliario.
El sujeto justificó estas obras onerosas… porque «la oficina se encontraba en condiciones ‘insalubres’, con hongos y humedad», y a la pobrecita panista no se le ocurrió abrir las ventanas y desinfectar con una botella de cloro. No, ¡todo el lujo para estos mamarrachos delincuentes, mantenidos por el pueblo!
Detalla Reforma que la duela –«podrida» según Jaime Ramírez–, se cambió por piso de tipo porcelana; también se cambiaron las lámaparas, plafones y acabados, «priorizando el color blanco al gusto de la alcaldesa». Además se compró mobiliario que la propia mujer seleccionó, pero aún faltan muebles por adquirir, lo que podría encarecer mucho más el «proyecto».
«En la parte de obra pública pues la inversión está alrededor de 900 mil pesos y la parte del mobiliario pues eso sí lo vamos a ver con Administración porque todavía faltan algunas piezas del mobiliario de la alcaldesa», aclaró el funcionario municipal citado por Reforma.
Pedro Rodríguez, antecesor de Ana Balderas en la alcaldía, desmintió que la oficina se encontrara en malas condiciones y señaló que esos costosos trabajos no eran necesarios.
«Yo siento que no era necesario hacer nada, yo siento que fue un gasto superfluo, fue un gasto muy fuerte sobre todo si se habla de que no hay dinero (…) estaban manejando la versión que no tenía ningún costo, que se lo iban a regalar, y luego que había salido en dos millones y medio de pesos y ahora salen con que son 900 mil pesos.
«No, no le debieron hacer nada, las paredes estaban pintadas bien, sin problema (…) yo la dejé barnizada y demás», aseguró.
Así que, desde el palacio flotante para el asesino de Atenco hasta las lujosas oficinas nuevas de los «alcaldes», ahí se va el dinero del pueblo hambreado en plena crisis causada por estos mamarrachos vividores. ¿A «chingarle más», prole?
Con información de Reforma