México, 11 de agosto 2016 (NOTIGODÍNEZ).- El repudio de los mexicanos contra el asesino de Atenco va en aumento, a medida que nos acercamos a la delirante marca de los cuatro años de espuriato. Y ahí está el problema que denunciamos una y otra vez en este medio: haberlo mantenido por tanto tiempo a pesar de que sabíamos lo que pasaría si lo dejábamos imponerse. Peor aún, seguirlo manteniendo, repudiario y no reaccionar. ¿CÓMO HEMOS PODIDO AGUANTARLO TANTO TIEMPO? ¡HAY QUE CORRERLO YA!
El portal Polemón dio a conocer los resultados de la última encuesta Reforma sobre el nivel de aprobación de Enrique Peña Nieto entre la ciudadanía. Dicho nivel cayó 7 por ciento entre abril y agosto de este año, al ubicarse apenas en 23 por ciento. Es decir, 74 POR CIENTO DE LOS MEXICANOS REPRUEBAN LA «GESTIÓN» DEL ACTUAL USURPADOR.
Eso por cuanto a la percepción del ciudadano común. Según la misma encuesta aplicada a líderes intelectuales, sociales, empresariales y políticos, 84 POR CIENTO DE LOS ENCUESTADOS REPRUEBAN AL ASESINO DE ATENCO.
A pregunta expresa sobre el rumbo que lleva el país, 76 por ciento de los ciudadanos encuestados opina que el país va por mal camino. De igual forma, la proporción de líderes que piensan lo mismo es mucho mayor.
En otros temas de la encuesta, 55 por ciento de los mexicanos considera que la corrupción ha aumentado, esto es, 15 por ciento más que los que opinaban lo mismo el año pasado. Por cuanto a la violencia, 69 por ciento considera que ha aumentado y 68 por ciento piensa lo mismo respecto de la pobreza.
Es claro que los mexicanos están hartos de Peña Nieto y entienden que, de aquí a que acabe su espuriato, la situación sólo puede empeorar. La pregunta es: ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO AL RESPECTO? Esperar a 2018 sin hacer NADA es un acto suicida, ante la seguridad garantizada de que los poderes fácticos volverán a imponer a otro como Peña. Mientras eso ocurre, seguirán acumulándose los abusos, el saqueo y los muertos.
Sepan que tampoco servirá de nada si el sujeto decide renunciar por su propia voluntad —cosa improbable—, pues implica que son los poderes fácticos siguen haciendo lo que les viene en gana, incluyendo deshacerse de su propio títere para calmar a la ciudadanía y seguir secuestrando al país. EL PUEBLO DEBE REACCIONAR PARA CORRERLO, DEBE EJERCER SU PODER Y DEBE DARSE SU LUGAR DE MANDANTE.
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO»: AMLO.
Con información y gráficas de Polemón