México, 25 de junio 2020 (NOTIGODÍNEZ).- La periodista española María Guadalupe Lizárraga Hernández, fundadora del portal digital Los Ángeles Press, reveló que el panista o priista –según la ocasión– Javier Lozano Alarcón, ex “secretario del Trabajo” durante el régimen usurpador del genocida Felipe Calderón, fungió como lavador de dinero del Cártel de Sinaloa durante aquel espuriato sangriento.
En un video titulado “Falsa la carta de la Barbie: militar de inteligencia”, Lizárraga cuestiona la autenticidad de una carta publicada en noviembre de 2012 por el diario Reforma, atribuida al narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, ex jefe de sicarios del Cártel de los Beltrán Leyva.
Según el testimonio de “un capitán de Infantería y experimentado en prácticas de Inteligencia del Ejército mexicano” no identificado, incluido en el video de Lizárraga, la mencionada carta es “muy falsa [sic]” y La Barbie nunca fue informante de la DEA u alguna otra agencia de inteligencia de los Estados Unidos, desmintiendo el reportaje más reciente de la periodista Anabel Hernández García, autora de casi una decena de libros y premiada internacionalmente por sus investigaciones sobre el narcotráfico en México.
Guadalupe Lizárraga acusa a Hernández de incriminar al empresario George Khoury, uno de los implicados en el supuesto secuestro y asesinato de Hugo Wallace Miranda –hijo de la empresaria panista Isabel Miranda de Wallace–, pues en su libro Los Señores del Narco, publicado en 2011, Hernández involucra a Khoury en el asesinato del futbolista Salvador Cabañas.
No obstante, Lizárraga coincide con Hernández en que el genocida Felipe Calderón sí llegó a un acuerdo de colaboración con el Cártel de Sinaloa a través de sus esbirros Genaro García Luna, entonces “secretario de Seguridad Pública”, y Eduardo Medina Mora, “procurador general”.
¿Qué papel jugó Javier Lozano en ese acuerdo? Era el “encargado de lavar dinero del Cártel de Sinaloa”, señala Lizárraga. Su contacto con dicho grupo criminal fue el capitán Carlos Antonio Alemán Pérez, quien fungió como escolta personal de Lozano hasta su muerte, el 1 de junio de 2010, durante un enfrentamiento armado.
Mientras Lozano tenía la función de lavar el dinero del mencionado cártel, su escolta Alemán Pérez se encargaba de reclutar militares para el grupo criminal. Su enlace con el Cártel de Sinaloa era Manuel Alejandro Aponte Gómez, ex integrante del Ejército y posteriormente jefe de seguridad del multicitado cártel. Ambos, a decir del capitán entrevistado por Lizárraga, fueron vistos entrando y saliendo con frecuencia del Campo Militar número 1.
Cabe mencionar que Lizárraga también incluye al diario Reforma como entidad blanqueadora de los recursos del Cártel de Sinaloa.
#RedLavadoMx Mi investigación sobre torturas y asesinatos a militares que involucran a @JLozanoA Srio del Trabajo del expresidente @FelipeCalderon y parte de #SEDENA como parte de la red del Cártel de Sinaloa | Los Ángeles Press https://t.co/LQiUl1A1kl
— Guadalupe Lizarraga (@gpelizarraga) June 25, 2020
Lozano tiene un historial “político” bastante turbio. En 2007 fue señalado por el empresario chino Zhenli Ye Gon, traficante de estupefacientes preso en Estados Unidos, de coaccionarlo con la frase “coopelas o cuello” para que almacenara en su casa de la Ciudad de México los recursos inyectados ilegalmente a la campaña del genocida Calderón. Una pila de dinero en efectivo –207 MILLONES DE DÓLARES– fue hallada ese año en la residencia del empresario chino en las Lomas de Chapultepec.
En 2017, el medio poblano Periódico Central difundió imágenes de Javier Lozano junto a Othón Muñoz Bravo, alias “El Cachetes”, conocido líder huachicolero de Puebla. Una de las imágenes muestra al Cachetes muy sonriente junto a otros empresarios que “donaron” una lujosa camioneta blindada para la campaña de Lozano a “senador” en 2012.
Opinión:
1) Hay varias, muchas explicaciones del por qué la carta se presentó transcrita en computadora y no hay un manuscrito de ella, pero no corresponde a este medio alternativo elucubrar al respecto. Valdría la pena que Anabel Hernández realice las precisiones que corresponden. Del mismo modo, este “capitán de Infantería y experimentado en prácticas de Inteligencia del Ejército mexicano” insinúa que Anabel escribió esa carta y pretende probarlo comparando la redacción de sus libros –que no ha leído– con el texto de la misiva adjudicada a La Barbie. También eso tendría explicación e igualmente debería ser Anabel quien se pronuncie.
2) Hablando de elucubrar, es exactamente lo que hace el militar entrevistado por Lizárraga. En su opinión, La Barbie no escribió la carta publicada por Hernández ni fue informante de la DEA ni el FBI. Bien, se respeta y se escucha lo que ese militar tenga que decir. La diferencia es que Anabel Hernández PRESENTÓ DOCUMENTOS OFICIALES de una corte en Estados Unidos. La información en ellos estuvo censurada por tres años y está siendo revelada ahora, cuando ya fue desclasificada. ¿Se puede dudar de su veracidad? Claro, a nadie le consta prácticamente nada en este mundo. Así es esto del periodismo: dudamos o confiamos.
3) En tal sentido, no convence a este medio alternativo el testimonio del militar presentado por Lizárraga. No basta una opinión, por más experta que se ostente, para desmentir un trabajo periodístico serio y sustentado con pruebas. Por otro lado, sería ingenuo creer que sólo García Luna fue partícipe de las componendas de Calderón con el Cártel de Sinaloa. Seguramente todo aquel gabinete espurio sabía, se alineaba y colaboraba con la “estrategia”. Y en la primera línea debió estar el mamarracho Lozano Alacrón, muy proclive a servir a su jefe Calderón en todas sus corruptelas. Sin embargo, aunque tenemos un enorme respeto por el trabajo de Guadalupe Lizárraga… debemos ser congruentes y admitir que no basta señalar sin pruebas o citando únicamente el testimonio de alguien que “vio esto o aquello”. ¿Hay más elementos que permitan demostrar que Lozano era lavador del Cártel de Sinaloa?
4) Ya no vamos a preguntar qué sigue esperando AMLO para proceder. Queda perfectamente claro que no lo hará nunca. Nuestra preocupación gira en torno a sus seguidores, consagrados a aplaudirle todo sin cuestionarle nada. Le hacen mucho daño al país con esa actitud fanática. Es necesario reaccionar para materializar la urgente justicia que tanto demanda la nación. ¿Reaccionarás algún día, pueblo de México?
Con información de Guadalupe Lizárraga / Los Ángeles Press
