Silvia Olvera
Reforma
Monterrey, México (28 julio 2014).- Ya sea por escasez, prevención, calidad o para abaratar costos, el agua de mar se ha convertido en una solución para abastecer a ciudades, comercio, industria, hoteles y agricultura en el País.
Y es que la necesidad del líquido ha impulsado el desarrollo de plantas desalinizadoras, tanto para organismos operadores de agua como para particulares.
Tan sólo para los primeros hay proyectos en el norte de México por unos 716 millones de dólares de inversión en total.
Estas plantas incluyen una ampliación de la de Los Cabos y las otras serán nuevos complejos en La Paz, Baja California Sur, y en Ensenada, Rosarito y Tijuana, en Baja California, además de que en Guaymas, Sonora, desde hace más de 10 años buscan concretar un proyecto de este tipo.
De manera paralela hay inversiones aún no cuantificadas de particulares que se están gestando de punta a punta de la región costera del País, principalmente de hoteleros y agricultores.
Esto ha atraído el interés de empresas extranjeras especializadas en grandes proyectos, como la española Inima, de OHL, la estadounidense Consolidated Water’s y la francesa Dégremont.
Adrien Tieche, director comercial de Dégremont México, recordó que la desalinización de agua de mar para consumo en México se detonó con la planta de Los Cabos, que arrancó en 2007.
Dégremont opera en el País desde hace 40 años, pero en 1997 ganó un contrato de financiamiento, diseño, construcción y operación de una planta de desalinización de aguas de mar, en su momento la más grande de Latinoamérica, para producir agua ultrapura para la refinería de Pemex en Salina Cruz.
El contrato de 14 años ya concluyó y ahora la francesa buscará participar en la licitación de Guaymas, La Paz y Tijuana.
«México tiene un gran potencial de desalación por la cantidad de ciudades costeras y el estrés hídrico en el norte del País, y en el sexenio la Conagua (Comisión Nacional del Agua) está impulsando proyectos de construcción de desaladoras sin precedentes en la historia del País».
En Ensenada arrancará durante este mes la construcción de una planta desaladora con una capacidad de 250 litros de agua por segundo y que quedará lista en 2016.
El complejo aliviará la escasez de la ciudad, que en los últimos dos años ha tenido que hacer recortes de agua, de acuerdo con Arturo Alvarado González, director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada.
«La planta va a atender el suministro regular de lo que manejamos en este organismo, que es uso doméstico, comercial e industrial, y lo extraído se va a introducir en nuestro sistema de redes.
«La empresa que ganó la licitación se llama Agua de Ensenada y trabajará unos 20 meses en la construcción. Esta planta aportará el 30 a 40 por ciento de la demanda».
En Rosarito, aunque no hay escasez, están por construir lo que será la planta desalinizadora de uso público más grande de América, que abastecerá a la población, industria y comercio de esa ciudad, de Tijuana, de Tecate y también exportarán agua a San Diego, California.
José Manuel Ibarra Ruiz, Secretario de Administración Urbana de Rosarito, destacó que la planta tendrá una capacidad de 4 mil 400 litros por segundo.
El proyecto ya fue adjudicado a NSC Agua, de Consolidated Water’s, misma que ya ha informado en sus reportes financieros que la primera fase operará en el 2017, con mil 220 litros por segundo.
«Aunque en Rosarito no tenemos problemas de desabasto, este proyecto es preventivo, y va encaminado a atender el crecimiento de plantas industriales, de la ciudad y de complejos turísticos, incluso se podría exportar a San Diego», detalló Ibarra Ruiz.
Los 200 litros de agua por segundo de la planta de desalinización de Los Cabos ya son insuficientes para este lugar.
Por ello, José Manuel Castro Curiel, director Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, dijo que están analizando una ampliación o el proyecto de la nueva planta El Tule, que tendría una capacidad de 400 litros por segundo.
Ambos serán necesarios para cubrir las necesidades al 2030, pero de manera inmediata, están analizando la más viable.
Emiliano Rodríguez Briceño, subdirector General de Planeación de la Conagua, dijo que en el caso de la Paz, la planta estará enfocada a atender el desarrollo turístico-residencial del noreste.