- La norma dice que los coordinadores deben ir hasta los pueblos, informa Olivia Martínez
- Hacen las reuniones en la cabecera municipal y hasta acá bajan los lugareños a pie, dice
RODOLFO VALADEZ LUVIANO
La Jornada
Atoyac, 7 de agosto. Olivia Martínez Ramírez, profesora en la comunidad de Santo Domingo, ubicada en la parte alta de la sierra de Atoyac, denunció que los coordinadores de la Cruzada contra el Hambre en este municipio amenazan a los pobladores de esa localidad con sacarlos del programa federal si no bajan a la cabecera municipal a las reuniones que llevan a cabo, cuando deben ser ellos quienes suban a los pueblos a reunirse con la gente, ya que los serranos para bajar a la ciudad tienen que caminar tres horas por el mal estado en que está el camino.
“No es posible que los coordinadores del programa en el municipio hagan bajar a los que colaboran voluntariamente con el mismo, en aquella población serrana, a la cabecera municipal, sólo para efectuarles una encuesta sabiendo las condiciones en que se encuentran los caminos que hasta la fecha no son reparados desde las afectaciones que dejaron las lluvias de la tormenta tropical Manuel”, reclamó.
En entrevista, la maestra aseguró que los 20 técnicos de la localidad se ven obligados a acudir a los llamados de los responsables de la Cruzada porque éstos los amenazan con dejarlos fuera de los beneficios del programa.
Asimismo, lamentó que el alcalde Ediberto Tabares Cisneros incumplió con el compromiso que hizo en una reunión del programa en Zihuatanejo, donde aseguró que su gobierno pondría los vehículos que fueran necesarios para facilitar el ascenso y descenso de los técnicos en las comunidades de la parte alta y media de la sierra.
Dijo que de acuerdo a lo que les han dicho en los cursos a los que asistió, son los coordinadores los que tienen que subir a las poblaciones incluidas en el programa y no al revés, “sobre todo, abundó, cuando se conoce el estado en que se encuentran las vías de acceso en la sierra del municipio, que están prácticamente destrozadas aún, lo que obliga a las personas a caminar por tres horas y con escasos recursos económicos”.
La docente llamó a los responsables del programa federal en el estado a que nombren a personas aptas y conscientes de la problemática que se vive en Atoyac, y demandó que cesen las amenazas en contra de quienes de manera voluntaria efectúan un trabajo en esa población, así como a los beneficiados.
