México, 18 de mayo 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Sigue el acoso y la violencia contra quienes exigen condiciones dignas de vida en un país secuestrado por criminales, al servicio de empresas explotadoras, abusivas y saqueadoras.
El digital Proceso informó que la casa de Lucila Hernández García, activista y vocera de los jornaleros de Valle de San Quintín actualmente en lucha por mejores condiciones laborales, fue apedreada la madrugada de este lunes por un grupo de desconocidos.
De acuerdo con la agredida, sujetos lanzaron piedras justo contra el cuarto que ella habita con su esposo y sus tres hijos dentro de una humilde vivienda de no más de ocho metros cuadrados, que comparte con el resto de su familia. Dos ventanas de la habitación fueron destruidas, mientras que sendas piedras de buen tamaño quedaron tiradas en el suelo.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 4 de la madrugada de este lunes. Aunque Lucila trató de identificar a los agresores, éstos ya habían huído cobardemente cuando ella se asomó por las ventanas rotas.
Hernández señala como probables responsables de este ataque a los empresarios agrícolas de la zona, con quienes tiene problemas desde que inició su activismo en marzo pasado por mejores condiciones laborales, en particular para las jornaleras explotadas de su comunidad.
De hecho, la vivienda atacada está ubicada en la comunidad conocida como Las Casitas, en el rancho Los Pinos, cerca de la empresa agrícola del mismo nombre, que ha sido señalada por los pobladores del Valle de San Quintín como una de las más explotadoras y abusivas de la región.
Lucila Hernández formó parte de la delegación de voceros integrantes del «La Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social» que viajaron en abril pasado a la Ciudad de México para buscarle la cara a los «diputados», a Mancera y a otros «políticos» farsantes que no han hecho absolutamente nada por ellos.
No sería la primera vez que los líderes del movimiento son amenazados y hostigados para que cesen esta lucha. Desde la brutal represión reciente para enviar a la cárcel a 18 jornaleros, con fianzas exorbitantes, hasta el sabotaje por parte de los sindicatos afiliados al PRI, el movimiento de los jornaleros ha enfrentado una violencia silenciosa pero constante a su derecho de manifestación. El pasado 2 de abril, por ejemplo, voceros aliancistas denunciaron que los empresarios amenazaban a los trabajadores con despedirlos de forma permanente si no regresaban a sus labores cuanto antes.
“Efectivamente, los hermanos de allá de San Quintín están recibiendo amenazas para regresar a trabajar, y sobre eso vamos a hacer las denuncias correspondientes a las dependencias para que se tome cartas en el asunto”, denunció entonces Fidel Sánchez, vocero del frente aliancista.
El ataque de hoy al domicilio de Lucila Hernández, es otra muestra del proceder criminal de los empresarios, que además de abusivos, ladrones y explotadores, son cobardes e infames en su consigna por perpetuar el esclavismo en pleno siglo XXI.
Con información de Proceso. Foto: cimanoticias.com.mx
