México, 26 de enero 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Luego de que el asesino de Atenco y actual usurpador Enrique Peña Nieto, «cancelara» su visita a Estados Unidos forzado y humillado por Donald J. Trump, los cómplices y medios alineados al espuriato peñista se han desbaratado en aplausos, elogios, zalamería y llamados a «cerrar filas» con Peña, en otra escena de oportunismo barato y ramplón para legitimar al sujeto que ha apuñalado sistemáticamente a los mexicanos desde que se robó la presidencia en 2012.
Por supuesto, entre los primeros en sumarse a la orgía de lisonjas al usurpador Peña Nieto, se encuentra el rastrero Miguel Ángel Mancera Espinosa, «jefe de gobierno» del Distrito Federal que traicionó a sus electores apenas tomado el cargo, poniéndose al servicio del asesino de Atenco.
De acuerdo con la agencia Proceso, Mancera, urgió a una reunión extraordinaria en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), para «cerrar filas» en torno a su jefe Peña Nieto. Encima, prácticamente exigió a todos los mexicanos «respaldar al presidente Peña Nieto».
“No creo que vaya a haber alguien que no vaya a respaldar lo que sea para bien de México”, se adornó burdamente en entrevista radiofónica, revolcándose, como nunca, en su grotesco servilismo al usurpador.
Las adulaciones no pararon ahí. Mancera llamó a Peña a «seguir siendo firme» —¿cuándo lo ha sido?— y a «realizar una gran convocatoria de unidad para aportar lo que sea necesario en favor México».
No fue el único. Durante gran parte del día, otros «personajes» de la putrefacta política mexicana se sumaron a la repartición de alabanzas al asesino Peña Nieto, responsable de graves crímenes de Estado usurpado como el caso Ayotzinapa, que hoy cumple 28 meses de perpetrado.
La delirante campaña de «unidad» en torno al usurpador, impulsada desde los medios masivos, parece orquestada para desviar la atención de los nuevos incrementos a la gasolina a aplicarse en febrero próximo.
En tal sentido, la construcción del muro fronterizo que impulsa el magnate republicano Donald Trump, si bien es un agravio a los mexicanos, está siendo capitalizado por Peña Nieto y sus cómplices para que se olvide que el verdadero enemigo de México se encuentra de este lado de la frontera: el actual ocupante de Los Pinos y la mafia criminal que lo impuso, beneficiaria de las contrarreformas que tienen al país hundido en una de las peores crisis de su historia.
Con información de Proceso
