Sólo el 18 por ciento «gana» más del salario mínimo.
Redacción La Jornada
Han pasado varias semanas del accidente en que perdieron la vida dos menores mientras se dirigían a su trabajo en un rancho en la carretera 57, y las condiciones laborales para los niños y adolescentes no han mejorado pese a los decretos y programas: por lo menos 55 mil menores se encuentran laborando en San Luis el estado, reveló la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, según cifras del segundo trimestre de este año, con corte al 1 de julio; de estos, apenas la mitad trabaja con sus familias, mientras que 40 por ciento lo hace en empresas o negocios ajenos.
Según la encuesta, los menores de edad trabajan, principalmente, como empleados industriales (chalanes y obreros no especializados), artesanos (cuando laboran en negocios familiares) y ayudantes generales (empleados de mostrador y semejantes). Eso, en cuanto a los que trabajan por un salario.
En el caso de los niños indigentes, a pesar de las labores que tanto los DIF municipales como el estatal han emprendido, a nivel nacional sobrepasan los tres millones, y sigue aumentando.
Además, sus ingresos son mucho menores a los de un mayor de edad, y he ahí su atractivo para los empleadores. Sólo 18 por ciento gana más del mínimo, mientras que 45 por ciento no recibe un salario fijo; 29 por ciento apenas logra ganar lo que por ley se dicta por ocho horas de trabajo, y únicamente seis por ciento consigue más de dos salarios.
De los menores que desistieron seguir con sus estudios y optaron por trabajar, se señala que el 55 por ciento es por falta de interés o aptitud para la escuela; 35 por ciento por falta de recursos económicos; tres por ciento por problemas familiares, y uno por ciento por enfermedad, accidente o discapacidad.
Parece mentira que, a 200 años de la revolución industrial, las condiciones de los menores trabajadores sigan siendo semejantes a la del niño deshollinador de Londres, inmortalizado en las primeras fotografías del siglo XIX.