Confirman académicos que la «reforma» energética de Peña fue fraguada y ordenada por EU (VIDEO)

México, 6 de octubre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Los académicos Albeto Montoya Martín del Campo, Sergio Saldaña Zorrilla y Manuel Arellano Morales, coincidieron en que la «reforma» energética emprendida por el actual régimen usurpador encabezado por el asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, sólo obedece a los intereses de Estados Unidos, particularmente las grandes trasnacionales del sector energético, y que México está sometido por los intereses hegemónicos del vecino país del norte.

En mesa de debate organizada el pasado 1 de septiembre por el profesor Alfredo Sánchez Rodarte, miembro fundador del colectivo «Frente Refundación» integrado por académicos, intelectuales, artistas, activistas y ciudadanos, los tres ponentes dieron sus puntos de vista sobre el origen, alcances y perspectivas de la contrarreforma, dejando muy claro que en realidad todo proviene de una agenda «globalizadora» que busca extender los dominios de saqueo y explotación de los «grupos hegemónicos» mundiales –la oligarquía– principalmente de Estados Unidos.

Para abrir boca, el doctor Alberto Montoya Martín del Campo, investigador de la Universidad Iberoamericana, experto en políticas de Estado y presidente del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales, explicó que las modificaciones fundamentales aplicadas a la Constitución y emanadas del criminal «Pacto contra México», obedecen a las necesidades de Estados Unidos de América, fundamentando su afirmación en un recuento de sucesos políticos acaecidos en el vecino país del norte durante los últimos años, que demuestran la consigna de asegurar la satisfacción de sus necesidades en materia energética.

«Todo este conjunto de antecedentes fue retomado y asumido desde el momento en que era precandidato Enrique Peña Nieto, y el 2 de diciembre, al día siguiente de su toma de posesión, se anunció un pacto en el que se plantea una contrarreforma a la Constitución Mexicana que cancela de hecho la propiedad sobre los recursos de la nación en el subsuelo; la explotación, usufructo y renta de todo el sector energético; y la construcción artificial de una dependencia energética de México a favor de los Estados Unidos de América«.

De esa manera, según el doctor Montoya, quedó totalmente cancelada la soberanía de México, «dada la importancia que tiene la energía», pues dicho sector constituye la columna vertebral de la economía de México y «hoy estamos en una condición de inviabilidad hacia el futuro».

Por su parte, Sergio Saldaña Zorilla, doctor en Economía por la Universidad de Viena y miembro fundador de Frente Refundación, consideró que sí se requería una reforma energética, pero desde luego no la planteada por el régimen usurpador de Peña Nieto, coincidiendo con Alberto Montoya sobre el total entreguismo que en ella se perpetró.

Sergio Saldaña puntualizó tres ejes fundamentales de una genuina reforma de fondo: 1) reestructuración del sindicato petrolero, actualmente uno de los más corruptos –si no el más corrupto– del mundo; 2) control de funcionarios, que como se ha denunciado en este medio, son también los más corruptos del mundo y se han dedicado a quebrar al sector, y 3) renovación tecnológica, que a consecuencia de los dos puntos anteriores, ha sido imposible llevar a cabo en perjucio de la empresa nacional más importante de la historia: Petróleos Mexicanos.

En tanto, Manuel Arellano Morales, maestro en «Democracia y Parlamento» y especialista en Derechos Humanos, contextualizó la implementación de las contrarreformas dentro del escenario de privatización de toda la planta productiva nacional que se ha venido llevando a cabo en los últimos 30 años.

«Veamos como ha evolucionado este sistema de privatización: desde Ferrocarriles Nacionales, desde Teléfonos de México, las mineras nacionales, todas las concesiones han sido entregadas a empresas trasnacionales con intereses específicos y claros en México», denunció. Asimismo, puso como ejemplo de nulo beneficio para los mexicanos las privatización de Telmex o la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, paso importante para entregar el sector eléctrico a la iniciativa privada.

«¿Qué tanto logramos beneficiarnos con la liquidación de LyFC? Sólo ha sido un golpe directamente a los trabajadores y al patrimonio de los mexicanos», sentenció.

El doctor Alberto Montoya cerró explicando con impecable claridad tanto las motivaciones reales de la contrarreforma, como los intereses bastardos que la engendraron, dejando exhibidos a los verdaderos enemigos de los mexicanos.

«El origen es una causalidad geopolítica externa y un grupo de mexicanos muy reducido, que tienen una relación de propiedad tan asimétrica que genera una de las sociedades más desiguales del mundo y que tiene por lo tanto un sustento en leyes fiscales y en disposiciones en el sistema institucional diseñado para eso: que se acumule [la riqueza] de una manera brutalmente concentradora, obscena, que no se observa en ninguna de las naciones desarolladas.

«Ni en Alemania, Japón, incluso Inglaterra o los Estados Unidos, se tiene el número de multimillonarios que en los últimos 20 años se han construído en México sobre los bienes que son de la nación.

«Este conjunto de intereses ha tomado los poderes públicos y el pueblo de México no está representado ni en el poder Ejecutivo, ni en el Legislativo, ni en el Judicial, porque han logrado justamente apropiarse de las facultades de lo público y por lo tanto el interés público cesa de medrar.

«Por lo tanto, los poderes públicos producen la corrupción del Estado. En eso consiste la escencia de la corrupción del Estado: en que los intereses particulares se apropian de facultades que corresponden al universo de seres humanos de una comunidad jurídica, política e históricamente constituida, que son los Estados Nacionales.

«En la globalización, Estados Unidos ha impuesto una estructura de poder para su servicio y el resultado es que los mexicanos en su conjunto, estamos al servicio de estos intereses hegemónicos«, concluyó.