México 6 de abril 2016 (NOTIGODÍNEZ).- La politóloga Denise Eugenia Dresser Guerra, exintegrante de la mesa de análisis del extinto noticiero radiofónico de Carmen Aristegui, apareció este mes en la portada de una conocida revista farandulera, lo que motivó una serie de críticas contra ella en redes sociales.
La portada de la revista Quien cuyo artículo principal de abril se titula «31 mujeres que amamos», exhibe a Dresser junto a otras cinco mujeres «influyentes», entre ellas la sobrina del exusurpador Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruiz-Massieu Salinas –hija, por cierto, de Francisco Ruiz-Massieu, a quien se especula que el propio Salinas mandó asesinar–, actualmente «secretaria de relaciones exteriores» del régimen usurpador priista.
En medio de las mujeres que figuran en la portada, aparece la brutal oligarca María Asunción Aramburuzabala Larregui, acusada de orquestar junto a sus compañeros del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el fraude electoral de 2006 para imponer al genocida Felipe Calderón Hinojosa.
Llama la atención que Aramburazabala está sentada en un elegante sillón en pleno centro de la portada, destacando claramente por sobre las otras cinco. Dresser fue sentada en un banco ubicado ligeramente detrás de Aramburuzabala. Otra de las mujeres descansa en uno de los antebrazos del sillón que ocupa la multimillonaria empresaria. El resto aparecen de pie.
La página en la red social Facebook Soy Desobediente Civil, publicó una imagen para contrastar la presencia de Dresser en esa frívola portada, con un tweet que la politóloga envió criticando a la actual mujer del asesino de Atenco, Angélica Rivera Hurtado, por haberse exhibido en una revista similar durante las comparecencias de su criminal marido ante empresarios de Arabia Saudita.
Denise Dresser ha sido cuestionada por su sospechosa consigna de promover la anulación del voto durante las elecciones intermedias, como «forma de protesta» contra el actual sistema de partidos al que califica de obsoleto y lastre de la auténtica democracia. Sin embargo, no propone estrategia alguna de lucha real para acabar con ese sistema, y en cambio estira la mano para recibir cantidades exorbitantes de dinero público cuando esos partidos políticos a los que tanto repudia, la invitan a impartir conferencias. De igual forma cobra, sin excepción, altos honorarios a otras instituciones e incluso a universidades públicas.
Pese a que la propia Dresser presumió como un logro del movimiento anulista la «reforma» política reciente, que abrió la puerta a la farsa de las candidaturas independientes, en marzo de este año anunció que buscaría una diputación en el Congreso Constituyente de la Ciudad de México… abanderada por el PRD. Tras la lluvia de críticas y cuestionamientos, Dresser se retiró del proceso argumentando «asuntos personales».