México, 25 de noviembre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Cada vez se vislumbra más cerca el momento del anuncio de la quiebra de Petróleos Mexicanos (Pemex) y, lamentablemente, frente a la inmovilidad del pueblo para impedirlo, la probabilidad de que eso ocurre en el actual sexenio es muy alta.
Si bien los regímenes usurpadores anteriores han allanado paulatinamente el camino para el desmantelamiento de la otrora paraestatal, es imposible dejar de notar la prisa de Peña Nieto y sus cómplices para precipitar cuanto antes la caída de esa empresa mexicana, disparando todos los vicios –corrupción, saqueo y en particular el endeudamiento– que aceleran su proceso destructivo.
Así lo confirmó hoy Héctor Moctezuma de León, columnista de Revolución 3.0, quien puso en contexto los dos años cumplidos de la imposición de la contrarreforma energética, vendida como la necesaria plataforma para «impulsar a Pemex como una de las principales petroleras del mundo», con la realidad brutal que enfrenta la hoy «empresa productiva del Estado», más deteriorada que nunca en su historia.
Según el texto de Moctezuma de León, durante el actual espuriato Pemex alcanzó el deshonroso PRIMER LUGAR MUNDIAL EN ENDEUDAMIENTO. Este nuevo récord fue conseguido con Emilio Lozoya Austin al frente de la otrora paraestatal, sujeto de «todas las confianzas» de Peña Nieto y de hecho ex directivo de la constructora española OHL –seguramente aún lo sigue siendo de forma encubierta–, cuando el asesino de Atenco desgobernaba el Estado de México.
En efecto, durante la «gestión» de Lozoya en la dirección de Pemex, la deuda se ha incrementado 88 por ciento en los últimos tres años, pasando de 786 mil 900 millones de pesos a UN BILLÓN 485 MIL MILLONES DE PESOS, esto es 698 mil millones de pesos más respecto al 2012, según los datos de Héctor Moctezuma. En este momento Pemex opera en números rojos, con los pasivos rebasando a los activos.
De seguir esta tendencia, sin duda Lozoya, otro de los dedos de Peña en su mano destructora de la planta productiva nacional, tendrá el deshonor de anunciar la quiebra de la empresa que en la década de los ochenta se promocionaba como el “orgullo de todos los mexicanos”… y lo fue.
Sin embargo, a la caída en los precios internacionales del petróleo, súmese la corrupción rampante, igual que otros «récords» de Peña Nieto, disparada a niveles nunca antes vistos; el estancamiento en las reservas, la baja en las exportaciones y, en paralelo, la eliminación de derechos laborales de los trabajadores, como un aviso muy claro de lo que se aproxima.
Como en otros tantos casos, el pueblo de México tiene la última palabra. Sólo liberándose de los delincuentes que usurpan el poder para entregar el patrimonio nacional a sus jefes de la oligarquía –a la que también debe poner en su lugar mediante un boicot enérgico y definitivo–, podrán los mexicanos rescatar lo que queda de la riqueza nacional y recuperar a las instituciones para, de una vez por todas, ponerlo todo al servicio de los mexicanos y no de unos cuantos abusivos. Vamos tarde en esa necesaria reacción de liberación…
Con información de Revolución 3.0
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