México, 31 de julio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- El «exitoso» empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, socio mayoritario de Grupo Higa, la empresa que entregó una gigantesca mansión con valor de 7 MILLONES DE DÓLARES a Peña Nieto presuntamente a cambio de contratos de obra pública, era un simple vendedor de «post-its» antes de convertirse en el magnate contratista favorito del usurpador.
El diario estadounidense The New York Times reseñó el ascenso meteórico de ese empresario mexiquense cuando el asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, tomó posesión del cargo de «gobernador» en el Estado de México, convirtiéndose en empresario consentido de la administración estatal y posteriormente, luego de la imposición de Peña en la presidencia, en el contratista principal del espuriato peñista.
«¿Cómo un amigo del [Peña Nieto] que comenzó vendiendo papeles póstits termina teniendo un imperio que recoge miles de millones de dólares de contratos del gobierno, y consigue luz verde para pavimentar a través de bosques protegidos y recibir concesiones para construir hospitales y trenes? […] Es evidente que la fuga de ‘El Chapo’ y el tema de los contratos tienen una raíz común: la corrupción. Esto demuestra la incompetencia, la impunidad y la corrupción de este [des]gobierno», afirmaron activistas para explicar el incremento inusitado en la fortuna de Hinojosa Cantú, poniendo en contexto la fuga de Joaquín Guzmán Loera alias «El Chapo», como ejemplo de la ingobernabilidad absoluta del actual régmimen en paralelo con el enriquecimiento exponencial de empresarios amigos del priismo.
Detalla el diario neoyorkino que Grupo Higa y sus filiales se han enriquecido con contratos de obra pública –todos vinculados a Peña Nieto– equivalentes a más de 2 MIL 800 MILLONES DE DÓLARES. Entre los casos más sonados está la renovación del hángar presidencial, con costo de 74 MILLONES DE DÓLARES que se embolsaron las empresas filiales de Higa; y el tren rápido México-Querétaro, en el que también participaría una empresa vinculada a Carlos Salinas de Gortari, proyecto que luego fue cancelado tres días antes de destaparse el escándalo de la «casa blanca».
Esa lujosa mansión ubicada en Sierra Gorda 150, colonia Lomas de Chapultepec –una de las más caras de la Ciudad de México–, tiene un valor aproximado de 7 MILLONES DE DÓLARES. La periodista Carmen Aristegui reveló su existencia justo cuando la empresa de Armando Hinojosa Cantú estaba siendo beneficiada con más contratos: el mencionado tren rápido y el acueducto Monterrey VI, un proyecto para llevar agua del río Pánuco en Veracruz a las trasnacionales que saquearán gas natural de Nuevo León a través del fracking.
Dicha mansión no sería el primer presunto soborno que Grupo Higa habría dado a sus benefactores. Según The New York Times, Hinojosa Cantú inyectó en el año 2000 decenas de miles de dólares al partido de Peña Nieto, el PRI, en el Estado de México. Posteriormente, cuando el oriundo de Atlacomulco llegó al gobierno estatal, comenzó la orgía de contratos «ganados» por Grupo Higa.
«Juan Armando Hinojosa llegó sin nada. Parece que se hizo millonario en cuestión de días», afirma el exfuncionario del gobierno José Altamirano citado por el diario neoyorkino. «Era evidente que el poder del Grupo Higa había descendido de Peña Nieto pero nadie quería verlo», dijo por su parte Francisco Cruz, autor de varios libros sobre Peña y sus «amigos».
En fechas recientes, el asesino de Atenco despojó a indígenas otomíes de 39 hectáreas de sus tierres en la reserva natural de San Francisco Xochicuautla, Estado de México, para construir una carretera privada que comunicará a Toluca con el aeropuerto de la Ciudad de México. La concesión de esa autopista, por supuesto, fue entregada a Grupo Higa. El costo de proyecto arrancó en 132 MILLONES DE DÓLARES, sin embargo en este momento se calcula que Hinojosa terminará embolsándose 207 MILLONES DE DÓLARES más lo que se acumule.
Con información de The New York Times
