Ampliación de Hospital General de Iztapalapa costó 370 MDP… y el GDF no lo usa pese a saturación

  • El secretario de Salud del DF mantiene cerradas instalaciones que costaron $210 millones
  • Pese a saturación, hospital general de Iztapalapa no usa edificio nuevo
  • Hacinamiento de recién nacidos, espera de tres meses para consulta con especialistas y servicio de urgencias rebasado, las deficiencias
  • Enfermos pasan 3 días en sillas antes de ser atendidos, indican

Gabriela Romero Sánchez
La Jornada

Hasta cinco recién nacidos son colocados en una cuna, envueltos como tamal, para su traslado del área de tocología a la habitación de las madres; pacientes que tienen que esperar tres meses o más para ser atendidos por un especialista; saturación en la consulta externa, así como en los servicios de urgencias y hospitalización, son algunas de las deficiencias que se repiten día a día en el hospital general de Iztapalapa Juan Ramón de la Fuente.

Son problemas que desde hace siete meses pudieron ser solucionados, si se utilizara el edificio de tres pisos que la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) concluyó en la parte trasera del nosocomio en diciembre del año pasado, para el cual el Gobierno del Distrito Federal destinó alrededor de 210 millones de pesos.

En enero pasado, mediante un comunicado, la Sobse detalló que para unir la parte original del hospital con el nuevo edificio colocó de manera estratégica accesos en las salas de espera del servicio de auxiliares de diagnóstico y laboratorio, de consulta externa, de la unidad de cuidados intensivos y del archivo clínico.

Instalaciones que el secretario de Salud capitalino, Armando Ahued Ortega, mantiene cerradas, pese a que en noviembre de 2014 prometió al personal del hospital que se las entregaría en febrero de este año.

“Llegó febrero y nos dijeron que siempre no, que sería en mayo, luego en junio y nada. La verdad es que hace mucha falta, porque ahí se ubicarán las áreas de urgencias, terapia intensiva, unidad quirúrgica y hospitalización, entre otras, que son en las que se tienen serios problemas”, comentó personal médico.

Una trabajadora social describe a Ahued Ortega como un funcionario que “llega, dice, pero no hace; promete, sin embargo, no se compromete”.

Los rebasa la demanda

La falta de recursos humanos y materiales ocasiona que un paciente tenga que esperar en ocasiones tres meses o más para ser atendido por un médico especialista. “La demanda nos está rebasando”, admite un cirujano.

Al hacer un recorrido por urgencias se puede ver a los enfermos con suero sentados en sillas o en el piso, a algunos los vence el sueño y se recuestan sobre el suelo.

“Trajimos anoche a urgencias a mi cuñado, lo recibieron, pero tuvieron que juntar cuatro sillas para acostarlo. Tiene insuficiencia renal”, narra una señora mientras espera que su hermana salga del hospital.

Un grupo de enfermeras admite que en ocasiones un paciente puede pasar dos o tres días sentado en un silla antes de que se le asigne una cama. “Hay quienes llegan a traer un colchón inflable para su familiar”, apuntan.

Personal de urgencias calcula que en este servicio hay alrededor de 27 camas censables, tres de las cuales son para la reanimación y observación. “Es obvio que si llegan tres baleados o accidentados las camas se saturan y a los pacientes que llegan después se les tiene que estabilizar en el piso”, admiten.

En el exterior del hospital general de Iztapalapa se puede ver a los familiares sentados en la orilla de la banqueta o de las rejas, en sillas plegables, cubriéndose del sol o la lluvia con improvisados techos elaborados con cobijas, rebozos, suéteres o chamarras.

El 13 de julio YoSOY Médico #17 subió al Facebook una fotografía en la que se pueden ver cinco bebés acostados en una cuna, con el letrero “Denuncian la falta de cuneros en un hospital público de Iztapalapa”.

Camilleros y enfermeras de tocología reconocen que la fotografía se tomó ahí y que tienen pocos cuneros, incluso no hay de tipo patológico. “Sí, se pueden poner hasta cinco bebés en un cunero”, indican, sin embargo, explican que esto se hace para trasladar a los pequeños al cuarto de sus madres. “No están en el cunero transfer –como le llaman– más de cinco minutos”, acotan.

Erogación de 370 millones de pesos en ocho años

En los pasados ocho años la administración capitalina destinó poco más de 370 millones de pesos para hacer dos ampliaciones al hospital, que se localiza en la avenida Ermita Iztapalapa y Reforma Aeronáutica, colonia Citlali, y que se construyó después de los sismos de 1985 con recursos aportados por la Comunidad Económica Europea.

Tres años después se inauguró para beneficio de casi un millón de habitantes de la demarcación que carecen de seguridad social.

Dos décadas después, los servicios son insuficientes ante la gran demanda de pacientes que llegan todos los días, por lo que el Gobierno del Distrito Federal decidió edificar una primera ampliación (que se abrió en 2010) a la que destinó 164 millones 200 mil pesos, de los cuales 98 millones 540 mil fueron para construcción y 65 millones 680 pesos para equipamiento.

En septiembre de 2012, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, dio el banderazo de arranque a la construcción de la segunda etapa de ampliación y anunció que en homenaje al ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México Juan Ramón de la Fuente se le pondría su nombre al hospital, conocido hasta entonces como de la Comunidad Económica Europea.

Para estas obras destinó un presupuesto de 250 millones de pesos y 120 millones más para equipamiento. “Se espera que el hospital sea el más avanzado y mejor equipado del sector salud capitalino en la zona oriente de la ciudad”, externó el entonces jefe de Gobierno.

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