México, 21 de mayo 2015 (NOTIGODÍNEZ).- La brutalidad en un país secuestrado por una de las mafias más peligrosas del mundo, comienza a alcanzar proporciones tan monstruosas que la situación ya rebasó al propio cerco informativo de los perpetradores. Una masacre de estas dimensiones simplemente es inocultable.
De acuerdo con la agencia Reuters, México se ubicó en el tercer lugar mundial de más pérdidas humanas por violencia, sólo superado por Irak y Siria, luego de los casos Ayotzinapa, Tlatlaya y Apatzingán. En tanto, países de América Latina que se caracterizaban por la proliferación de conflictos armados, como Colombia, bajaron sus cifras de homicidios.
Estos datos fueron revelados en el estudio del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés), que analizó cifras del año 2014.
Según el informe, en México las bandas criminales, el narcotráfico y, en fechas recientes, las propias «fuerzas del Estado», cobran la mayor parte de las vidas de mexicanos. Un 70 por ciento de los actos de violencia se concentran en diez entidades encabezadas por el sangriento Estado de México, territorio PRI por excelencia.
La característica principal de los diez estados mencionados en el reporte del IISS, es que a través ellos pasan las principales rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos, cuyas operaciones se han fortalecido cada vez más, comprobándose que la «guerra contra el narco» emprendida por Calderón y continuada por el asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, es pura simulación y en realidad está destinada a facilitar el flujo de droga hacia el vecino país del norte.
Siria ocupa el primer lugar en muertes por conflictos armados, seguido de Irak. Otros países de América Latina que registran altos niveles de homicidios violentos, son Honduras, Guatemala y Colombia, aunque este último ha visto reducidos sus niveles de violencia por las negociaciones entre el «gobierno» y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. En contraste, El Salvador también registra aumento en sus cifras de asesinatos por la proliferación de bandas criminales como la Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras.
En 2014, México registró de 16 mil personas fallecidas a consecuencia de la violencia, sin contar a los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, caso tipificado en todo el mundo como un crimen de desaparición forzada, pese a la negativa del régimen usurpador mexicano. Por su parte, Irak reportó 18 mil muertos y en Siria se contabilizó una masacre de 70 mil fallecidos violentamente.
El aumento sin precedentes de homicidios violentos en México tuvo sus picos en las masacres de Tlatlaya, donde 22 civiles fueron ejecutados a quemarropa a manos de elementos del Ejército; y Apatzingán, donde 16 personas fueron asesinadas por policías federales. En ambos casos, las víctimas estaban desarmadas y se comprobó que les fueron sembradas armas después de ser ejecutadas.
Otras masacres sin difusión mediática ocurrieron en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, opacadas por el número de asesinatos «aislados» en el Estado de México, que registra las cifras más altas de todo el país.
Mientras los mexicanos no reaccionen para derrocar a los perpetradores responsables de esta inédita matanza, la espiral de violencia seguirá aumentando. Si algo ha demostrado la historia es que la ignominia no se frena por si sola. Tiene que venir una reacción, un cisma, un rompimiento de las masas con las estructuras abusivas, explotadoras y asesinas que cooptan el poder.
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO.»
Con información de RT
En Irak, asesinan los gringos. En Siria, asesinan los judios. Pero en México, son los aparatos represivos al servicio de EPN, son: ¡Mexicanos armados, asesinando a mexicanos civiles!