México, 6 de abril 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Desde que Peña Nieto usurpó el poder, se ha registrado un fuerte incremento en los feminicidios en todo el país, implantando la tendencia que el sujeto marcó desde que desgobernaba el Estado de México. Sabíamos que esto pasaría y aún así permitimos su imposición, por tanto la culpa es nuestra.
De acuerdo con el diario Reforma, las 32 entidades de la República han registrado un alza alarmante en la tasa de feminicidios en los últimos dos años, sin embargo ninguna entidad ha decretado la Alerta de Violencia de Género, necesaria para emprender acciones en pro de la seguridad de las mujeres.
Refiere el citado diario que entre 2011 y 2014, ocurrieron al menos 2 mil 505 feminicidios según cifras de la organización Centro Las Libres. Se considera feminicidio el asesinato de una mujer a manos de un hombre por cualquier motivo relacionado directa o indirectamente con la misoginia –odio a las féminas.
Dicha organización confirma que entre los estados con mayor incidencia de estos crímenes están, por supuesto, el Estado de México –territorio PRI por «excelencia»– con 563 mujeres asesinadas, Michoacán con 343 y Guerrero con 297.
Frente a esta matanza de mujeres, organizaciones no gubernamentales han presentado solicitudes para declarar la alerta en varios estados, pero ninguna ha prosperado. Y ahí está el problema: recurrir a la misma estrategia buscando obtener resultados distintos. En este caso, buscarle la cara a los delincuentes para que «apoyen a las víctimas».
Las propias organizaciones confirman que a los mencionados delincuentes –los «políticos» que se autonombran «gobierno»– no les interesa la seguridad de las mujeres… ni la del resto del pueblo, les da exactamente lo mismo.
«La figura no se aplica por intereses políticos», dijo Verónica Cruz Sánchez, dirigente del Centro Las Libres. «(Los Gobernadores) consideran que activar la alerta les provocaría afectaciones electorales y económicas».
En la mayoría de los casos, la figura del feminicidio ni siquiera se reconoce y los asesinatos de mujeres por misoginia son reportados sólo como homicidios dolosos, subestimando la gravedad del problema. Solamente las asociaciones que estudian el tema sí llevan un registro considerado «no oficial».
«Vamos hacer una articulación para que en todo el País se solicite la alerta, que todos los estados presenten la solicitud, y obligar a la Federación a cumplir con su responsabilidad para activar el mecanismo», neceó Cruz Sánchez, otra vez, en buscarle la cara a quienes ya dijo ella misma que no se interesan por el asunto.
¿Cómo los va a «obligar»? «Solicitando en todo el país que se levante la alerta». O sea repitiendo lo que ya habían intentado antes inútilmente, esperando que «ahora sí» funcione.
Verónica Cruz ha promovido cuatro solicitudes para Guanajuato, por ejemplo, y no le han hecho caso. En México «existe una resistencia política para hacer cumplir la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia». Si esto es así, ¿por qué necear en ir por esa vía? ¿Por qué no empezar por sacar del poder a los solapadores y cómplices del feminicidio?
En Guanajuato se creó el Frente Común Guanajuatense por los Derechos de las Mujeres, que impulsará solicitudes en la región, en el que participan 23 organizaciones no gubernamentales. TRADUCCIÓN: Seguirán haciéndola de caldo gordo, «exigiendo a las autoridades» que hagan lo que no les da la gana hacer y nunca harán.
Para simular que «emprendemos acciones» estamos muy buenos. Pero para el compromiso genuino de lucha contra los causantes de esta violencia, feminicidios y otras masacres contra el pueblo… es mejor cumplir con el trámite de «exigir» y luego «vámonos a ver el futbol», ¿no? Y que siga la matanza.
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO»: Andrés Manuel López Obrador.
Con información de Reforma
