México, 20 de mayo 2020 (NOTIGODÍNEZ).- Mientras la orgía de “entrevistas” zalameras y obsequiosas al genocida Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, usurpador de la presidencia en el sexenio 2006-2012, continúa inundando las frecuencias de Grupo Imagen, Fórmula y similares en la radio abierta nacional, periodistas de robusta credibilidad hacen trizas el panfleto propagandístico disfrazado de libro, “Decisiones difíciles” –título plagiado de un libro del mismo nombre, pero en inglés, de Hillary Clinton–, que Calderón promociona compulsivamente dentro y fuera de las redes sociales.
A la demoledora crítica realizada el pasado lunes en el diario La Jornada por el periodista Julio Hernández López, autor de la conocida columna Astillero, súmese ahora la de otro notable comunicador, Álvaro Delgado Gómez, eminente colaborador del semanario Proceso y autor de varios libros, entre ellos El Amasiato, especializados en la carrera delictiva de Felipe Calderón y sus complicidades.
En su columna publicada ayer en El Heraldo de México, Delgado calificó el mencionado mamotreto –casi 600 páginas– como otro fraude más del genocida Calderón, dirigido a hacerse auto-propaganda e impulsar su ambición dictatorial de poder.
Tras citar el pretencioso epílogo del genocida, Delgado resume el libro como un “panegírico de su gobierno y la descripción victimista de su biografía”, además de “ariete propagandístico para su partido, México libre, y su urgencia de dinero público”.
Delgado hace notar lo que cualquiera sospecharía sin siquiera haber hojeado el panfleto: es una crítica obsesiva a Andrés Manuel López Obrador, a quien Calderón robó la presidencia en 2006. Aunque también descarga su frustración contra Diego Fernández de Cevallos y otros conspicuos panistas que fueron sus adversarios, como ya se mencionó en la nota sobre la crítica de Astillero, no hay señalamiento alguno contra su sucesor, también espurio, Enrique Peña Nieto.
En efecto, el propio Álvaro documentó exhaustivamente la complicidad entre Calderón y el asesino de Atenco, su mutua colaboración para que ambos ocuparan, ilegal e ilegítimamente, la presidencia de la República, en El Amasiato. Peña operó desde el Estado de México para facilitar la usurpación de Calderón y luego éste hizo lo propio, ya desde el Ejecutivo que usurpaba, para devolverle el favor al priista.
“Y como si sus imposiciones en el PAN no hubieran existido, Calderón culpa de la degradación a todos: Desde la organización secreta El Yunque hasta Fox –quien le aconsejó no “meterse” con el narco–, Manuel Espino, Ricardo Anaya, Gustavo Madero, Santiago Creel, Marko Cortés y los grupos que se reparten el poder”, señala Delgado en su columna.
Lo único que Delgado resalta del mamotreto calderonista es la carta que el exusurpador supuestamente envió a López Obrador en diciembre del año pasado. ¿Por qué? En la misiva, Calderón tuvo la inaudita desvergüenza de sugerirle a AMLO que “revise bien la casa. Debe usted asegurarse de que no exista de parte de nadie en su gobierno acuerdo alguno con ningún grupo criminal”.
Ocho días después de enviada esa vomitiva carta, explica el periodista aquí citado, Genaro García Luna fue detenido en Estados Unidos acusado de vínculos con el cártel de Sinaloa, señalamientos que fueron públicos y notorios casi desde el inicio del espuriato calderonista.
Álvaro Delgado cierra calificando el libelo como “muy malito” y lamentando haber pagado para hacerse de una copia digital, cuando ya circula en Internet la versión pirata del mismo –probablemente filtrada por el propio Calderón con tal de que más gente lea su panfleto de autopromoción.
Con información de El Heraldo de México