Redacción / Sinembargo
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– La Organización Mundial de la Salud (OMS) urgió en 2010 detener el uso de todos los tipos de asbesto por ser un mineral cancerígeno, sin embargo, México continúa importándolo por los millones de dólares que genera a pesar de que se han registrado miles de muertes por su manejo a nivel mundial.
El material es empleado especialmente en el aislamiento de edificios como componente de materiales de construcción y como aditivo en la industria automovilística.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de la Minería mexicana, las importaciones de asbesto se incrementaron en más de 100 por ciento entre 2011 y 2012, desde los nueve hasta los 18 millones de dólares.
A nivel mundial, alrededor de 125 millones de personas viven expuestas al asbesto en sus lugares de trabajo, alertó la OMS.
La exposición laboral a esa sustancia, reporta la organización, causa más de 107 mil muertes anuales por cáncer de pulmón, mesotelioma, y asbestosis, una forma de fibrosis pulmonar.
Por ello, la OMS pidió a los países sustituir el asbesto por productos más seguros además de mejorar el diagnóstico precoz de las enfermedades relacionadas, y adoptar medidas para evitar la exposición.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), dependiente de la Secretaría de Salud, también reconoció la toxicidad del asbesto y recomienda que las empresas de fibrocemento controlen su uso.
Sin embargo, cuando la empresa Mexalit-Eureka abandonó 800 toneladas del mineral en la central de abastos de Veracruz en 2013, aseguró que no representaba un riesgo para la salud de la población.