Empresas de televisión por cable y telefonía celular siguen abusando con cláusulas tramposas; Profeco no actúa

México, 21 de enero 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Empresas de telecomunicaciones como las cableras o las telefónicas, que dicho sea de paso en su mayoría le pertenecen a Grupo Televisa, siguen ofreciendo contratos a sus incautos clientes que incluyen cláusulas tramposas y abusivas, pese a que la Suprema Corte de Injusticia ya prohibió esas mañas y emplazó a las empresas a modificar sus contratos de acuerdo con los lineamientos de la contrarreforma a la ley telecomunicaciones.

No obstante, la realidad está aquí para demostrar que los mentados límites impuestos en la contrarreforma son pura simulación y que las falsas instancias legales están ahí para proteger, directa o indirectamente, a las empresas rateras como Televisa, TV Azteca o el amante de lo ajeno más rico del mundo, Carlos Slim.

Entre las cláusulas abusivas empleadas por estas empresas para robar a sus clientes, destacan plazos forzosos (quedarse a la fuerza con la empresa por un tiempo obligatorio aunque el servicio sea pésimo), la modificación unilateral de los términos y condiciones inicialmente acordados y las «penalizaciones» (robo directo) por cambio en la forma de pago, entre otras.

Un ejemplo es la empresa Dish de Joaquín Vargas, el dueño de MVS Telecomunicaciones (que se engorda los bolsillos utilizando a la «incriticable» Carmen Aristegui), una empresa de televisión satelital que abusa de sus clientes mediante contratos que no precisan cuántos y cuáles son los canales que incluye su paquete (la definición es «verbal») y obligan a aceptar una modificación unilateral de su contenido. Es decir, básicamente la empresa da el servicio que le viene en gana y el usuario, que normalmente no lee, otorga su consentimiento explícito.

Además, el contrato obliga al cliente a quedarse con Dish por lo menos un año y medio antes de que éste se dé cuenta que su servicio es una porquería, que es la misma telebasura de siempre y que lo hostigan a cada rato por teléfono para que pague a tiempo. Si antes de los 18 meses el cliente quiere cancelar, tendría que pagar una «multota» porque así lo dice el contrato.

Pero eso no es todo. En el colmo del abuso, Dish se exime de la responsabilidad de fallas o interrupciones en el servicio y además obliga a los consumidores a renunciar a su derecho a no recibir publicidad. Cuando a la empresa le dé la gana, podrá mostrar los anuncios que se le antoje interrumpiendo la programación (pese a que el rechazo a la publicidad es una de las razones por las que los teleadictos despilfarran en televisión de paga). También enjareta anuncios vía telefónica.

La criminal Televisa no se queda nada atrás. Por el contrario, ella fue la que dio el ejemplo a Dish de cómo ponerle el pie en el pescuezo a los imbéciles que la enriquecen voluntariamente, para no dejarlos escapar después.

El caso de Cablevisión, filial de Televisa y una de las empresas más ladronas y abusivas del mundo, ha llegado incluso hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por la cantidad de quejas y denuncias en contra. Entre sus prácticas están la imposición de plazos forzosos en sus servicios de triple play (por los que pasa una corta de las ganancias a su socio Carlos Slim). Como se decribió anteriormente, los plazos forzosos son una forma de secuestro comercial sobre el cliente.

Desde luego, si el cliente intenta huir antes del vencimiento de plazo impuesto por la empresa, lo ensartan con una «penalización» igualmente arbitriaria. Cablevisión también se deslinda de las fallas en su propio servicio y se otorga el derecho de modificar unilateralmente cuando le venga en gana los términos y condiciones de sus «contratos».

Sky, también de Televisa, es mucho peor. Esta criminal empresa de televisión satelital obliga a sus incautos clientes, mediante cláusulas ocultas, a realizar pagos anticipados, les aplica multas si cambian la forma de pago; incluso los obliga a comprar una revista sin preguntar y los multa si intentan cancelar ese cobro abusivo. Pero si esto no fuera suficiente, se porta peor que los bancos y cobra intereses a quienes se retrasen en los pagos, acosándolos noche y día para que la sigan enriqueciendo.

Eso sí, se deslinda en todo momento por las fallas que deriven en la suspensión parcial o total del servicio.

De acuerdo con el diario Reforma, la SCJN ya falló contra Sky para que elimine esas cláusulas abusivas de sus nuevos contratos. Sin embargo no lo ha hecho y la Profeco no ha actuado en consecuencia.

De las empresas de telefonía celular, también propiedad del oligopolio Televisa-Grupo Salinas-Carlos Slim, hay mucha tela de donde cortar. Baste decir que no transparentan los cobros que arbitrariamente aplican por el «servicio» ni por el valor de los equipos. También secuestran al clientes con los famosos plazos forzosos y obligan a pagar por su pésimo servicio incluso después de que ya se liquidó el costo del teléfono celular.

Todo esto ya debería estar eliminado, sin embargo Profeco no ha publicado los nuevos contratos y mientras tanto las empresas siguen abusando.

Según la Profeco, los litigios y pleitos legales vigentes entre estas empresas y las personas a las que embacuaron con sus cláusulas mañosas, son la causa de que no hayan podido eliminarlas de los nuevos contratos. Como algunas de esas cláusulas todavía se encuentran en litigio, no se han podido publicar los nuevos contratos de adhesión a partir del 1 de enero, como había prometido la priista Lorena Martínez, «titular» de la dependencia.

La inacción de las falsas «autoridades» o las promesas incumplidas de los priistas ya no sorprenden a nadie. En realidad su trabajo es ése: tomarle el pelo a la gente y proteger a sus jefes empresarios. Lo verdaderamente increíble es que la gente siga pagando por ser estafada, secuestrada y vejada. Televisa, Salinas Pliego y Carlos Slim por lo tanto seguirán robando felices de la vida.

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