Redacción Proceso
MONTERREY, N.L. (apro).- Elementos de la policía estatal Fuerza Civil (FC) abatieron el sábado a un hombre que, mientras circulaba en su camioneta, aparentemente había amenazado con una pistola de juguete a una familia que viajaba en carretera, y después a los mismos uniformados que lo persiguieron en el municipio conurbado de Santiago.
El procurador Adrián de la Garza Santos informó esta tarde, que luego de los hechos, los siete policías involucrados en el incidente quedaron arraigados mientras el MP determina si son responsables de la muerte de Rolando García Sánchez, de 32 años.
María Soledad Sánchez Valdez contradijo la versión de los agentes y aclaró que su hijo venía de trabajar, como instructor de golf, en un torneo donde había participado, y que no portaba armas.
De la Garza Santos dijo que el viernes a las 23:00 horas una familia se transportaba en una camioneta por la Carretera Nacional, en dirección a Monterrey, cuando a la altura de la comunidad El Barro fue amenazada por el conductor de un Spirit blanco que los amenazó con una pistola, pidiéndoles detenerse y cerrándoles el paso.
Estas personas consiguieron escapar y pidieron auxilio en el módulo de FC ubicado en el paraje conocido como Los Cavazos, en Santiago, 20 kilómetros al sur de la capital.
En su declaración ministerial, los uniformados dijeron que tras la denuncia emprendieron un operativo de rastreo y localizaron el vehículo, pero cuando buscaron interceptarlo, pidiéndole al hombre que detuviera su camino para revisarlo, éste los amenazó con el arma tipo escuadra y los agredió con su unidad, cerrándoles el paso.
Según esta versión, después de ser amenazados, los agentes accionaron sus armas contra el sujeto provocándole la muerte.
De la Garza abundó: “Al llegar el Ministerio Público y levantar la evidencia, determina que el arma que portaba esta persona no es un arma de fuego, es de las que simulan las características de las verdaderas, que se confunden fácilmente porque tienen las mismas características y dimensiones. Algunas se usan para entrenamiento de policía”.
El representante social determinó arraigar a los policías para determinar si se justificó el uso de la fuerza y también para evitar que evadan la acción de la justicia, dijo el procurador.
Se estableció que el hombre trabajaba de caddy e instructor en un club de golf en la localidad y carecía de antecedentes penales.
El titular de la PGJE dijo que la investigación determinará si los policías debieron disparar.
“El hecho de que estén arraigados los policías no significa que sean responsables todos. Pero hay que recordar que hay una familia afectada, que incluso declaró ante el Ministerio Público, reconoce el vehículo, a la persona y el arma con la que fue amagada”.
Por su parte, la madre del hombre muerto demandó justicia a las autoridades estatales y municipales de Monterrey, para que no haya más víctimas inocentes.
“No sé qué clase de matones tienen de policías, son matones con licencia. Él venía de trabajar y venía tomado, no sé a qué grado, pero no venía armado, ni drogado, venía festejando una premiación del golf. Rodrigo (Medina) quiero justicia, Márgara (Margarita Arellanes), quiero justicia. No es el primero mi hijo, son muchos los que han matado los policías”, se quejó.