- Se paralizan las actividades en la cabecera municipal por el brote de violencia
- Se enfrentan grupos armados mientras en el ayuntamiento se definía la estrategia de seguridad
ARTURO DE DIOS PALMA
Y MARGENA DE LA O
La Jornada
Chilapa, 10 de julio. Después de tres día de enfrentamiento entre grupos de civiles armados y la policía estatal y el Ejército, desde las 3 de la tarde de este jueves en la cabecera municipal de Chilapa la ciudadanía se declaró un toque de queda voluntario como medida de seguridad.
Este jueves, cuando apenas a los pobladores de Chilapa la adrenalina, que provocó la balacera de la noche anterior, se les bajaba, a las 11 de la mañana en pleno centro comenzó otra. Una camioneta quedó cruzada en la avenida Revolución –la principal de la ciudad- justo en el tramo que comparte el zócalo y la plaza cívica. Minutos después, unidades de las Fuerzas Especiales de la policía estatal llegaron junto con elementos del Ejército mexicano.
Pero mientras se escucharon las detonaciones, en el centro y cuadras cercanas la reacción fue inmediata: todos corrieron para donde pudieron a protegerse. Camionetas del transporte público que van rumbo a la comunidad de El Paraíso, Xochitempa y Santa Catarina, salieron de su base sin pasajeros.
Los padres de familia, profesores y alumnos del Colegio Morelos, que festejan la clausura de cursos, se encerraron en el auditorio municipal donde se realizaba el evento. La ceremonia la concluyeron a puerta cerrada. Al final todos salieron con rapidez, sin la intención de detenerse. Entre los asistentes salió la síndica, Flavia García García, que abordó su camioneta y salió a prisa.
Durante ese lapso de tiempo, de forma inmediata las cortinas de la mayoría de los establecimiento se cerraron. También las instalaciones del ayuntamiento fueron cerradas.
Y casi desde ese momento comenzó un especie de toque de queda impuesto por lo mismo pobladores. Nunca hubo una orden oficial para ello pero desde las redes sociales se gestó “a las 3 de la tarde que nadie salga de sus casas”, decían decenas de mensajes posteados en el Facebook.
Como pasaba el tiempo, todos lo tomaban como un hecho. Pero al punto de las 3 de la tarde los hechos lo confirmaron: las calles quedaron vacías, ver un carro o una persona transitar resultó complicado.
Hoy jueves, el tradicional jueves de pozole en Chilapa, se suspendió sin miramientos. De las más de 30 pozolerías que hay en la cabecera municipal muy pocas, o casi ninguna, sirvió cazuelas con pozole ni caballitos de mezcal.
Las 50 escuelas –de todos los niveles, públicas y privadas- suspendieron clases. Incluso otras ceremonias de fin de curso también fueron canceladas.
Estrategia de seguridad
Desde las 8 de la mañana, el alcalde Francisco García González, mandos del Ejército y la Policía Estatal, se reunieron en la sala de Cabildos del ayuntamiento para tratar la estrategia de seguridad que emplearían en la cabecera municipal, donde ya se habían paralizado las actividades: escuelas, negocios, incluido la tienda de autoservicios Súper Che, el mercado, y el ayuntamiento, amanecieron cerrados.
A las 11, apenas se definían los detalles de los operativos, una nueva balacera se escuchó hasta el ayuntamiento, de donde se salieron algunos de los trabajadores que asistieron a atender pendientes, según la versión de algunos empleados del propio gobierno municipal.
