México, 22 de mayo 2020 (NOTIGODÍNEZ).- Si bien la definición de golpe de Estado involucra la participación directa del Ejército para derrocar a un gobierno –y en el caso de México, el actual régimen tiene asegurada la lealtad de las Fuerzas Armadas–, los tiempos modernos han dado paso a una nueva clasificación de golpe de Estado, denominado “blando” o “suave”, que recurre a artimañas de psicología y manipulación de masas para generar inestabilidad y facilitar la caída del gobierno por la vía no armada.
En ese sentido, los crecientes ataques al régimen de Andrés Manuel López Obrador desde diversos frentes, entre ellos la derecha política, la cúpula empresarial, medios de comunicación de alcance nacional y sus títeres del gremio “periodístico”, la farándula y el ámbito deportivo, siguen una línea coordinada que, de acuerdo con expertos consultados por la revista Contralínea, obedece al patrón clásico de golpe de Estado blando.
Según el medio aquí citado, fue el politólogo Gene Sharp, profesor, filósofo y escritor estadounidense, quien identificó cinco fases del llamado golpe de Estado blando llevadas a cabo mediante el uso de “armas” psicológicas, económicas, sociales y políticas, a saber:
- Se llevan a cabo acciones para generar y promocionar un clima de malestar, como “denuncias de corrupción” y promoción de intrigas.
- Se procede a desarrollar intensas campañas en defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.
- Simulando interés por reivindicar luchas políticas y sociales, se promueve abiertamente el despliegue de manifestaciones y protestas violentas, que amenacen a las instituciones.
- En este punto se llevan a cabo operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando escenarios de falsa carestía, descontento social y un clima de ingobernabilidad. Asimismo, se inicia una intensa ofensiva por la vía jurídica.
- Finalmente se coacciona la renuncia del presidente mediante agresivas revueltas callejeras, se avanza en los procesos judiciales para justificar la remoción del gobierno y, en paralelo, se perpetra la fractura institucional a través de la violencia, ya con la posible participación del Ejército, y el aislamiento internacional. Toda la dinámica golpista es acompañada y apuntalada de principio a fin por los medios de comunicación.
En efecto, la estrategia de los opositores del tabasqueño ha cubierto a cabalidad con los dos primeros puntos del golpe de Estado “blando”. Las piezas del rompecabezas incluyen las recientes denuncias de “corrupción” en medios de alcance nacional, los ataques de la cúpula empresarial a través de comunicados y pronunciamientos en tono agresivo, la difusión de noticias falsas para desprestigiar al régimen y la repentina aparición de “personajes” mediáticamente conocidos –actricitas, comediantes y demás farandula televisiva– opinando sobre política principalmente para quejarse y manipular a sus seguidores. Desde luego, no puede faltar la oposición en el ámbito político, encabezada ahora por el genocida Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Carlos Antonio Aguirre Rojas, doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es uno de los críticos honestos de López Obrador desde el ámbito académico. No obstante, considera que sí se está fraguando un golpe de Estado blando contra el tabasqueño, aunque por ahora, con pocas probabilidades de tener éxito.
“Sí hay la estrategia. Hay muy pocas probabilidades de éxito, pero hay que incorporar la idea de que el gobierno de López Obrador está siendo muy torpe y muy poco popular en su discurso desde que empezó hasta hoy”, dijo citado por Contralínea. El doctor Aguirre identifica al Partido Acción Nacional (PAN) –y de la Revolución Democrática (PRD) como aliado– y a empresarios como Claudio X González –dueño de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y abierto opositor a López Obrador– como parte de esta “estrategia de golpe de Estado blando sin duda alguna”.
Por su parte, el doctor Gilberto López y Rivas, profesor e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), identifica un “sicariato mediático” que no para de lanzar proyectiles contra el régimen del tabasqueño. Entre los sicarios identifica a un núcleo de medios y columnistas con clara consigna golpista, apoyados por figuras faranduleras y del ámbito deportivo.
“Son el sicariato mediático que continúa golpeando de un lado u otro, de acuerdo con los intereses que representan y que nunca se sabe para dónde van”. Asimismo, señala a la cúpula empresarial en mancuerna con los políticos ávidos y enfermos de poder, Calderón uno de ellos, como el “núcleo desplazado que no encuentra acomodo. Se siente profundamente lesionado por lo que está sucediendo. Ésta es la expresión de la derecha y la ultraderecha mexicana”.
En el mismo tenor se pronunció Luis Daniel Vázquez Valencia, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), quien se refirió a la “oposición desleal” y la “oposición irresponsable”. Entrevistado por Contralínea, explicó que a dicha oposición desleal no le interesa el diálogo ni la democracia. Sólo busca hacerse del poder a costa de lo que sea.
“Su objetivo principal no es ganar elecciones sino hacer un golpe al régimen democrático. Por eso es que le llaman oposición desleal, porque es una oposición que no cree, no valora la democracia y no va a jugar en términos democráticos”. Por ello, añadió el académico, esta oposición sólo se dedica a golpear sin aportar ningún tipo de lógica, propuesta o argumento; debilitar a su oponente a través de la crítica destructiva y el desprestigio.
Opinión:
En efecto, no sólo es el repulsivo Pedro Ferriz de Con, el estridente Gilberto Lozano –en complicidad con otros prósperos empresarios priistas– o el genocida Calderón de forma aislada. El ataque involucra a varias células organizadas. Asimismo, cada uno de los grupetes que integran esta coalición golpista tiene su motivación particular para impulsar la caída del tabasqueño: 1) los medios y sus prostitutas arrastraplumas, quieren de vuelta el “chayote”, los miles de millones de pesos en propaganda; 2) la genocida oposición derechista, obviamente, quiere regresar al nada despreciable poder político, si bien eternamente sometido a los designios de la oligarquía, pero poder a fin de cuentas, sobre todo porque trae consigo el acceso a todo el dinero de los mexicanos; 3) la oligarquía, aunque lo tiene todo y sigue siendo dueña del país, simplemente no quiere a un sujeto como López Obrador en la presidencia, simulando que ataca al modelo neoliberal, denunciando el saqueo, dando tímidos pasos en la supuesta lucha contra la corrupción aunque luego se eche para atrás, porque el apoyo popular que aglutina puede ser peligroso si algún día –y nunca pasará– se le ocurre tomarse en serio su propio discurso. Y en conjunto, el odio racial y clasista es el ruidoso motor principal que mueve a esta bola de criminales. No soportan que un sujeto humilde, sencillo, muy querido por las masas y, efectivamente, NO CORRUPTO, aunque esa supuesta honestidad se limite a su vida personal, sea el presidente de México. Ahí radica en realidad la profunda animadversión de engendros como Pedro Ferriz, Loret de Mola, Claudio X. González y demás escoria.
Con información de Contralínea
Los verdaderos virus, que mataron a miles de mexicanos fueron los expresidentes de 6 sexenios anteriores, sobre todo Fox y Calderon, que ni se atrevan a querer perjudicar a AMLO, Por que nos están tratando de perjudicar a los millones que lo apoyamos.