Redacción Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- El secuestro de una mujer identificada como Guadalupe enardeció a los habitantes del municipio mexiquense de Santa Ana Jilotzingo, a tal punto que incendiaron patrullas y retuvieron a 10 policías, a los que amenazaron con lincharlos, incluido Esteban Reyes Jerónimo, recién nombrado director de Seguridad Pública.
Antes de que los pobladores cumplieran sus amenazas, un batallón de la Policía Estatal llegó a rescatar a los municipales y los puso a salvo.
El operativo fue coordinado por el propio secretario de Seguridad Ciudadana, Damián Canales Mena, quien negoció con los manifestantes y se comprometió a investigar la presunta participación de los policías en estos delitos, como acusaron los pobladores.
La furia de los habitantes del poblado de San Luis Ayucan, perteneciente a Santa Ana Jilotzingo, se desató luego de que esta mañana una mujer de nombre Guadalupe, quien es apreciada en el pueblo, fue secuestrada cuando iba a dejar a sus hijos a la escuela.
Las primeras versiones informaron que hombres que iban en un auto blanco tipo Pointer o Fiesta, con vidrios polarizados, se la llevaron.
Familiares de la víctima informaron que los plagiarios les llamaron desde su teléfono celular y les exigieron 500 mil pesos para liberarla.
“Estamos cansados de al menos 11 secuestros en contra de pobladores de San Luis Ayucan”, gritaron los manifestantes y acusaron que los policías no quisieron alcanzar a los raptores.
Como no era el primer plagio en la comunidad, fueron a la casa del alcalde Reinaldo Torre para exigirle solución ante la ola de secuestros. Ahí denunciaron que en los secuestros están involucrados policía municipales.
Furiosos, hicieron sonar las campanas de la iglesia para convocar a los demás habitantes a tomar el palacio municipal. Al llegar, quemaron una patrulla y destrozaron otra.
Luego retuvieron a 10 policías municipales, entre los que se encontraba Esteban Reyes Jerónimo, quien apenas hace 15 días fue nombrado director de Seguridad Pública municipal.
Las horas pasaron y los oficiales retenidos permanecieron con las manos atadas en la biblioteca del pueblo, bajo la amenaza de ser linchados. Los habitantes exigían a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) rescatar con vida a la víctima.
La protesta subió de tono y obligó a que al lugar acudiera el secretario de Seguridad Ciudadana del Estado de México, Damián Canales Mena, así como elementos de la Policía Federal y Ministerial.
Una intensa granizada cayó pero no impidió que unos cien policías estatales ingresaran al lugar para rescatarlos a los policías retenidos.
El alcalde Reinaldo Torre González reconoció que en el año y medio que va de su administración se han denunciado al menos cinco secuestros en contra de pobladores “pudientes”. Luego admitió que los 37 policías del municipio de Jilotzingo no son suficientes para garantizar la seguridad de más de 17 mil habitantes.