México, 4 de noviembre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Como siempre, nuestro país vuelve a ser último lugar en otro rubro dentro de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Por momentos parece absurdo que México pertenezca a esa organización. ¿Qué tiene que aportar México en términos de desarrollo económico, si es último en todo? Lo dicho: EL MAL EJEMPLO.
De acuerdo con un informe de la organización, citado por el portal Sinembargo, México es el país con la esperanza de vida más baja de todos los miembros de la OCDE, pues hasta ahora es el único que no ha pasado la barrera de los 75 años, promediando 74.6 de esperanza de vida de sus habitantes.
Asimismo, es el país que donde más lentamente ha avanzado ésta desde comienzos de siglo. El incremento fue de 1.1 años entre 2000 y 2013, cuando en ese mismo periodo el aumento de la mayoría de los 34 Estados miembros de la organización fue de más de tres años, hasta una media de 80.5 años, según el informe.
El estudio explica que los comportamientos autodestructivos de los mexicanos como la mala alimentación o la altísima tasa de obesidad, figuran entre las primeras razones que explican la mediocre progresión de la esperanza de vida en México.
¿Por qué los mexicanos se autodestruyen tragando porquerías? La primera causa es la televisión que fomenta el consumo de productos venenosos, en un círculo vicioso de ganancias millonarias para las criminales trasnacionales fabricantes de esos venenos, las agencias publicitarias y los «medios» de desinformación.
En la mayoría de los casos, la gente no sabe que está comiendo VENENOS: sólidos y/o jarabe de maíz de alta fructosa, grasas saturadas, aceites hidrogenados, glutamato monosódico y otros químicos cancerígenos y adictivos –entre conservadores, colorantes y saborizantes–, así como trigo, maíz y demás ingredientes de origen transgénico.
Trasnacionales como Coca Cola, Pepsico, Bimbo y Nestlé, son verdaderos imperios de la muerte que se han enriquecido a costa de asesinar lentamente a sus consumidores. Lo mismo aplica para la industria del tabaquismo (Philip-Morris) y la del alcoholismo (Grupo Modelo de AB-Inbev y Cuauhtémoc Moctezuma de Heineken).
Nuevamente, muchos adictos a estas porquerías saldrán en defensa de las empresa beneficiadas con este holocausto, argumentando simplonamente que «nadie obliga a los mexicanos a consumir» esos productos, como si el acto voluntario de matarse lentamente eximiera a quienes se enriquecen con los medios de autodestrucción. Son criminales que se benefician del daño que provocan y exculparlos por «no obligar» al consumo de sus venenos, equivale análogamente a exculpar al narcotráfico. No obstante, sí existe todo un aparato mediático y de programación subliminal para inducir al consumo de esas porquerías.
El estudio de la OCDE señala que en México, la mala alimentación y su corolario, la obesidad –México es primer lugar mundial en consumo de Coca Cola–, pesan en numerosos problemas, desde la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o las afecciones respiratorias, que son las que retrasan el incremento en la esperanza de vida.
Dentro de la OCDE, México es el país con mayor obesidad sólo detrás de Estados Unidos. Un 32.4 por ciento de los mexicanos adultos son obesos, cifra superada por el 35.3 por ciento de estadounidenses con obesidad. Estos números contrastan con el promedio de 19 por ciento en la OCDE y están a años luz del 4.7 por ciento de los surcoreanos y del 3.7 por ciento de los japoneses.
México destaca además por su trepidante tendencia al empeoramiento. Detalla Sinembargo que entre 2000 y 2013 esa tasa de obesidad se incrementó en 8 puntos porcentuales, algo que sólo ocurrió durante ese periodo en Australia, donde pasó del 20 al 28 por ciento, mientras en los 34 Estados miembros en conjunto subió en tres puntos.
En el caso del sobrepeso infantil, México ostenta el ignominioso primer lugar mundial con más del 37 por ciento de los niños mexicanos y alrededor del 32 por ciento de las niñas.
Entre otras causas de mortandad de los mexicanos, destacan los paros cardíacos. México presenta 140 decesos por cada 100 mil habitantes, frente a una media de 117 en la OCDE, lo que exhibe la falta de avances desde 1990 en la reducción de la mortalidad por ese padecimiento.
En cuanto a accidentes de transporte, las cifras de México también son malas respecto de los demás países de la organización. Nuestro país registra más de 17 muertos anuales por cada 100 mil habitantes (casi 30 en el caso de los hombres), frente a una media en torno a los 7 en la OCDE, y por debajo de 4 en Reino Unido, Suecia o Dinamarca.
Por si fuera poco, en mortalidad infantil nuestro país también se ubica como el que más muertes de infantes presenta dentro de la OCDE, con 13 fallecimientos de menores de un año por cada mil nacimientos (el segundo peor es Turquía con 10.2), frente a los 3.8 de media en la Organización y menos de 2 en Finlandia (1.7), Eslovenia (1.7) e Islandia (1.3).
Con información de Sinembargo
Pues claro… nadie le hace manita de puerco a la raza para que se meta tanta chingadera tóxica. Pero hay dos factores muy importantes: la publicidad subliminal, y lo adictiva que resulta la chatarra porque la verdad hay cosas entre ella que son ricas, que tienen buen sabor. Pero aguas! Mientras más rico es algo de eso, más tóxico es por lo general. Hay que ser más reflexivos y no consumir cualquier cosa que anden anunciando por ahi. Si ya teníamos suficiente con la vitamina T, ora imagínense si le añadimos la comida rápida tipo gringo y la chatarra de botanas, dulces, pan dulce transgénico y refrescos… Esa combinación es una bomba, no hay cuerpo que la aguante