México, 23 de junio 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Mientras el régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, se vuelca inmoral, ruin y rabiosamente en su afán intervencionista contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, su jefe Donald J. Trump, presidente de Estados Unidos, sigue recetando una buena dosis de verdades para justificar la construcción de su racista muro a lo largo de nuestra frontera con su país.
El chiste se cuenta solo. Peña y su esbirro Luis Videgaray Caso, mantenido a todo lujo por los mexicanos como aprendiz de «secretario de relaciones exteriores», no paran de lanzar vituperios contra Venezuela para agradar a Trump, acusando al gobierno bolivariano legítimamente constituido de perpetrar exactamente las mismas atrocidades que ellos sí están cometiendo en México, derivadas de la ilegitimidad del asesino que ocupa Los Pinos. Y la respuesta de Trump no puede ser más aplastante. Su desprecio contra México y los delincuentes usurpadores, empleados suyos, es contundente y manifiesto. A mayor empinamiento de Peña, más lo pisotea Trump.
Ayer jueves, el magnate que ocupa la Casa Blanca en Washington arremetió nuevamente contra nuestro país, señalando que México ha sido ubicado como la nación más mortífera del mundo sólo por detrás de Siria. «El narcotráfico es la causa principal. ¡CONSTRUIREMOS EL MURO!», vociferó en la red social Twitter.
Mexico was just ranked the second deadliest country in the world, after only Syria. Drug trade is largely the cause. We will BUILD THE WALL!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 22, 2017
La rabiosa declaración se da, reiteramos, justo cuando el régimen usurpador peñista, en un derroche de inmoralidad sin límite, pretende leerle la cartilla democrática al gobierno de Nicolás Maduro para imponer la agenda trasnacional yanqui en Venezuela.
Esta semana, la Organización de Estados Americanos (OEA), brazo de Estados Unidos para intervenir en la soberanía de América Latina, sesionó precisamente en México con el fin de fraguar descaradamente la estrategia intervencionista en el país bolivariano. Sin embargo, la intentona liderada por Peña Nieto y Videgaray se quedó corta. Los países del Caribe no cayeron en el juego de los retrógadas serviles a Estados Unidos, y finalmente el tema de la «crisis en Venezuela» quedó fuera de la Asamblea.
Cabe mencionar que la hermana República Bolivariana presentó en dicha Asamblea diversos pronunciamientos de apoyo a México, particularmente sobre el tema de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace casi 3 años, así como su rechazo rotundo a la construcción del ignomnioso muro de Trump. Desde luego, las propuestas de Venezuela fueron desechadas por la OEA, con Videgaray votando solícito contra ellas.
Todo este asunto es francamente vergonzoso e insultante para la dignidad de los mexicanos. La inaudita hipocresía de Peña al pretender aleccionar a un país hermano cuando él se robó la Presidencia del suyo y es, en efecto, causante de que México sea considerado tan peligroso como países de Medio Oriente, debería tener al pueblo en franca rebelión. Sin embargo no pasa nada, nadie se inmuta, nadie reclama. Ese es el tema de fondo que realmente preocupa, y mucho. ¿Cuándo carajo reaccionará este pueblo frente a tantos agravios?
