México, 11 de marzo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- La trasnacional estadounidense Gulf Oil Corporation será la primera en abrir gasolineras en nuestro país, con lo que las conquistas del cardenismo en materia de nacionalización energética han quedado totalmente liquidadas.
Asimismo, se confirman los burdos engaños de la contrarreforma energética y sus traidores impulsores: dicha empresa ni siquiera ofrecerá precios más bajos. Por el contrario, expenderá la misma gasolina importada que actualmente se vende en los establecimientos de Petróleos Mexicanos (Pemex)… al mismo precio. Claro, la única intención era simplemente volver a abrir la puerta para que esas empresas criminales regresen a saquearnos.
Por si fuera poco, la petrolera estadounidense ya se está relamiendo los bigotes con la riqueza que amasará en nuestro país –si los mexicanos son lo suficientemente indignos para prestarse a ello y enriquecerla–, al planear por anticipado su expansión en nuestro territorio, proyectando cerrar el 2016 con 100 gasolineras y un mínimo de 2 mil estaciones en los próximos tres años, según informó hoy El Economista.
Las primeras franquicias de Gulf empezarán a comercializarse durante este mes, para realizar la apertura de por lo menos cuatro gasolineras a más tardar en julio próximo. Una de las estaciones será instalada en la Ciudad de México, otra en Monterrey, y la ubicación de las dos restantes aún está por definirse.
«Estamos orgullosos de ser los primeros en iniciar operaciones con una nueva marca en el recién abierto mercado mexicano», presumió Sergio de la Vega, director de la trasnacional en México, citado por El Economista. Por cierto, ese sujeto laboró como ejecutivo de Pemex en las unidades de Gas y Petroquímica Básica de 1995 a 1996.
El ahora empleado de la empresa extranjera informó también que en algunas gasolineras incorporarán el esquema de autoservicio para que la propia gente se despache su gasolina, como ocurre en la mayoría de las estaciones en Estados Unidos. Es decir, se desplazará el esquema de despachadores que al menos ofrecía la posibilidad de ingresos a personas desempleadas. Con la invasión trasnacional, ni eso.
Además se confirmó que el precio al consumidor de la gasolina en las nuevas estaciones no será menor al que actualmente se ofrece, debido a que el aumento en los impuestos a los combustibles deja un supuesto margen de ganancia a las gasolineras de «sólo» 6.5 por ciento, respecto del precio máximo al que pueden vender al público.
Por enésima vez, el pueblo tendrá la última palabra sobre el destino de esa trasnacional invasora y las que vienen. ¿Será tan indigno como para ir, nuevamente, contra su propio interés y se prestará absurdamente a enriquecerlas? ¿O expresará su dignidad, inteligencia y enérgico repudio a la presencia de esas empresas invasoras y abusivas, negándoles toda posibilidad de consumo?
Con información de El Economista
