México, 16 de mayo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- El asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, fue impuesto en Los Pinos justamente para esto: terminar de entregar el patrimonio nacional a sus jefes de la oligarquía… y está cumpliendo.
Petroleos Mexicanos (Pemex), cuya dirección usurpa un sujeto de nombre José Antonio González Anaya, concuño de Carlos Salinas de Gortari, anunció que buscará «asociarse» con la iniciativa privada para «concretar alianzas» y compartir la operación de las seis refinerías que le quedan. En otras palabras, buscarán PRIVATIZARLAS como se hizo con el Complejo Petroquímico de Pajaritos, entregado ilegalmente en 2013 a la empresa Mexichem y hoy destruido.
De hecho, según el diario La Jornada que cita a su vez una nota de la agencia Reuters, Juan Pablo Newman, director de finanzas de la otrora paraestatal, descaró que Pemex se quedaría con una participación minoritaria en las refinerías. Esto, «como parte de un amplio plan de ajustes y recortes de gastos e inversiones para enfrentar la dramática caída de los precios internacionales del crudo». ¡Claro! El plan con maña iba encaminado a eso: justificar el desmantelamiento de Pemex.
«Podríamos no tener mayoría en estas refinerías (…) Lo que vamos a hacer es diluir nuestra participación», dijo cínicamente el empleado del régimen usurpador en entrevista con Reuters.
La Jornada recordó que Pemex es propietaria de seis refinerías con capacidad para procesar mil 580 millones de barriles diarios. Sin embargo, por falta de presupuesto —o sea por el SAQUEO de los criminales usurpadores— sólo tres han sido modernizadas. Las otras tres requieren de fuertes inversiones para operar de manera eficiente.
Además de saquear a la paraestatal, los usurpadores han venido reduciendo sistemáticamente la producción de crudo, mermando sus ingresos y precipitándola poco a poco a la quiebra. En 2004 se registró el pico más alto de barriles extraídos, 3.4 millones, y desde entonces la producción ha venido cayendo de manera sostenida.
Apenas el pasado 20 de abril, el Complejo Petroquímico de Pajaritos cuya operación fue cedida en 2013 a la empresa Mexichem del exbanquero Antonio del Valle, registró una potente explosión en la planta Clorados III que dejó decenas de muertos, cientos de heridos y otros tantos desaparecidos. El saldo real del incidente aún se desconoce.
El acuerdo para ceder la operación y más de la mitad de los activos del Complejo a Mexichem, fue calificado en su momento por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) como ilegal e injustificado. Asimismo, se confirmó que la creación de cuatro empresas en España que compartirían con Pemex la administración de su parte del complejo, creadas mañosamente por Emilio Lozoya Austin, entonces «director» de la paraestatal, se realizó para ayudar a Mexichem a evadir impuestos.
Tres años después, luego de estallar la corrupción en la entrega de esa infraestructura que pertenecía a todos los mexicanos, se reveló que la empresa Mexichem forma parte de un consorcio cuya participación mayoritaria está en manos de Grupo Carso, propiedad del saqueador más rico del mundo, Carlos Slim.
Hasta el momento, los empresarios detrás de ese atraco no se han hecho responsables por su desastre y en cambio pretenden que pague Pemex, o sea los mexicanos, por los muertos y heridos.
Pero no les bastó acabarse literalmente a Pajaritos. Quieren TODO lo que los mexicanos construyeron durante décadas de sacrificio y esfuerzo descomunal tras la expropiación petrolera. Ya sabíamos que esa era la consigna de la oligarquía al imponer a Peña Nieto. El problema de fondo es que el pueblo permanezca impávido, sin reaccionar frente al saqueo, la destrucción de SU patrimonio y, peor aún, la muerte de cientos de mexicanos a consecuencia de ello.
Con información de La Jornada
Pues creo ya no hicieron nada los Petroleros, al menos deberían unirse con los maestros de la CENTE, pues los los maestros, si están defendiendo su fuente de trabajo que el gobierno les quiere quitar.