México, 22 de noviembre 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Sólo un loco de atar esperaría que el régimen usurpador se investigue y castigue a sí mismo por las corruptelas que perpetró para hacerse del poder… y en el teatro del absurdo llamado México, los hay de sobra.
Debería sobreentenderse que la «Procuraduría General de la República» (PGR), usurpada por los cómplices de quien hoy secuestra la Presidencia, Enrique Peña Nieto, principal involucrado en los escándalos de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht en México, no investigue nada al respecto ni lo hará.
En todo caso, el papel de esa «dependencia» -mientras siga usurpada por criminales- consiste en simular que investiga y hacer malabares legaloides para exonerar a los culpables, el asesino de Atenco; su antecesor, también espurio, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y los esbirros de ambos delincuentes, uno de ellos de nombre Emilio Lozoya Austin. Pero ni eso está haciendo. Si algo ha caracterizado a este régimen usurpador es que ni siquiera se toma la molestia de simular que «gobierna», «legisla», «investiga» y «sanciona». ¿Para qué, si de cualquier forma el pueblo no reacciona?
De acuerdo con el diario Reforma, la investigación sobre Odebrecht se encuentra congelada a un mes de la renuncia de Raúl Cervantes Andrade, ex «titular» de la PGR y abogado personal de Peña Nieto en el caso Monex.
El «encargado de despacho» de la PGR, Alberto Elías Beltrán, segundo al mando de la dependencia que a la fecha sigue descabezada -así de indolente y cínico ha sido este régimen-, no ha dado seguimiento a los supuestos trabajos que realizaba Cervantes Andrade antes de dejar el cargo.
«La PGR ha concluido las investigaciones respecto a uno de los mayores esquemas de corrupción internacional que en América Latina y en México se hayan visto. [El caso] puso a prueba nuestra determinación y a nuestras instituciones», bloffeaba Cervantes el 17 de octubre. ¿Y? México es el único país donde no hay un solo detenido, ni político ni empresario, por las corruptelas de esa empresa criminal.
Reforma confirmó que más de una docena de políticos de 10 países han sido procesados por corrupción con Odebrecht, mientras que en México nadie ha sido castigado por el caso.
Volvemos a preguntar: ¿existe alguna persona cuerda que realmente piense que el régimen usurpador se investigará y castigará a sí mismo por sus crímenes?
Sólo el pueblo puede y debe hacer justicia, pero no sentado esperando a que aparezca un líder -súperheroe- a materializarla. Es necesaria una reacción firme, no violenta pero contundente, para derrocar a los criminales usurpadores, limpiar las instituciones e iniciar, auténticamente, el proceso de aplicación de la ley y procuración de justicia en un país consumido por la corrupción. Reiteramos: sólo el pueblo puede llevar a cabo esa labor titánica.
Con información de Reforma