México en la lucha de clases
“Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases”.
-Karl Marx.
Imperialismo neo-colonialista de Estados-naciones corporativos
Tras la Segunda Guerra Mundial el modelo colonialista de los imperios fue pasando a un segundo plano y con el tiempo se superpuso el modelo neo-colonialista de dominio para la explotación.
La diferencia entre colonialismo y neo-colonialismo es que, fundamentalmente, en el colonialismo los imperios concentran los medios de producción, comercio y banca mientras que las regiones colonizadas proveen los recursos primarios, y en el neo-colonialismo los imperios concentran el comercio y banca mientras las regiones neo-colonizadas proveen recursos primarios y producen con salarios miserables productos para su exportación.
Con el neo-colonialismo, EUA, imperio máximo, y sus aliados, imperios menores, se sirven con el intervencionismo para imponer en regiones a gobernantes que les abran las puertas.
Los gobernantes de las regiones neo-colonizadas, manteniendo control de la política y la sociedad, permiten a sus amos imperialistas la explotación económica de la región.
En contraste, los países imperialistas han avanzado a convertirse en Estados-naciones dominados por las grandes corporaciones, es decir, las corporaciones, con el control de Estados-naciones, han avanzado a la antesala de proto Estados corporativos. Tal avance ha sido gestación del sistema capitalista y, en buena medida, florecimiento de su modelo neoliberal.
El neo-colonialismo utiliza identidades étnicas, culturales, religiosas, etc., para su beneficio, creando polarización y división entre la población, básicamente con la estrategia de ‘divide y vencerás’; con ello los imperios emplean el dialecto de «libertad» y «democracia» para vender la idea. La balcanización (división de una región en Estados más pequeños que son rivales entre sí) asegura no sólo la creación de Estados-naciones neo-colonizados y débiles sino también la dependencia de estos a los países imperialistas.
Por otra parte, los países imperialistas se encargan de sofocar las rebeliones dentro de sus mismos países, o en otros países, explotando la identidad nacionalista, reprimiendo, infiltrando, desinformando, empleando el dialecto de «dictadura» y «antidemocracia» al opuesto o alimentando la paranoia ya sea con atentados o propaganda.
¿En qué se basan los países imperialistas para apoyar o reprimir movimientos? En las clases sociales.
Los países imperialistas siempre apoyarán movimientos pro-clase alta y se opondrán a movimientos de las clases bajas. En otro contexto, apoyarán a movimientos pro-imperialistas, en detrimento de Estados no alineados, y se opondrán a movimientos anti-imperialistas que buscan verdadera soberanía.
La consciencia de clases es esencial para determinar si un movimiento independista o un movimiento interno de cambio sistemático es favorable o contrario a la mayoría. Ello, asimismo, ayuda a evitar la inclinación al apoyo inmediato al movimiento y tilde de «opresor» al régimen porque en verdad puede ser un movimiento antisocial.
Proyecto unilateral
Desde la caída de la Unión Soviética, EUA adquirió la oportunidad de implementar su proyecto de dominio global; el llamado Unilateralismo.
El proyecto unilateral de EUA trajo consigo el aprovechamiento de su expansión hegemónica (supremacista) en el mundo, sirviéndose del consecuente declive global de la izquierda. Consigo terribles guerras, genocidios y balcanizaciones de países no alineados como Yugoslavia.
Pero la subsecuente distención, la falta de diatriba a “una amenaza global” no le permitía a EUA utilizar el belicismo como método de extorsión a niveles que deseaba. Ya tenía la imposición del dólar como moneda de uso en cualquier contrato vinculado al petróleo, países utilizando el dólar como moneda o países cuyas monedas eran respaldadas con reservas de dólares, pero buscaba, por codicia natural de imperio, expandirse a las sustituciones parciales del petróleo como el gas de Irán, Rusia o Siria, y a las materias primas en general de regiones ricas en estos.
El atentado del 11 de septiembre 2001 fue el pretexto perfecto de EUA para implementar sus criminales ambiciones imperialistas. Existen dos puntos de vista sobre aquel suceso:
1) Ya habiendo adquirido práctica en la Guerra Fría en la creación y utilización de grupos extremos y en la implementación de atentados de bandera falsa en los mismos países alineados para mantener el control interno e inculpar a países no alineados o ideologías contrarias, como la Operación Gladio, EUA realizó un atentado de bandera falsa.
2) Como mínimo fue un atentado cuya supuesta mente maestra, Osama bin Laden, fue un terrorista financiado y enriquecido por EUA en la Guerra de Afganistán (1978-1992), guerra proxy planeada y potenciada por EUA.
Como resultado EUA ya tuvo su villano ideal y su herramienta perfecta para actuar de manera perversa y avanzar en sus crueles planes hegemónicos. Juntos a la par.
EUA y países aliados continúan formando, financiando, entrenando, movilizando, armando y protegiendo a grupos terroristas para desestabilizar países no alineados e intervenir en ellos, asesinando a las poblaciones y creando condiciones de miseria extrema sin compasión.
Ya sea apoyando a grupos terroristas y disfrazándolos como “rebeldes” o apoyando a grupos terroristas y, con el altanero discurso de “salvadores del mundo”, teniendo la perfecta excusa para invadir y bombardear, crean caos y desestabilización para su provecho.
En cuanto Latinoamérica, EUA, máximo consumidor de drogas en el mundo, utiliza al narco como villano, generando, con contubernio de países alineados, «guerras contra el narcotráfico» que son en verdad guerras de exterminio contra las clases bajas que generan degradación del tejido social y suprimen movimientos sociales de estas clases. EUA constantemente financia y apoya a los degradantes movimientos de derecha, utilizando su músculo mediático para santificarlos e incriminar a Estados no alineados. Asimismo utiliza tácticas de guerra económica, sancionando y bloqueando económicamente, uniéndose con la clase alta de los países no alineados para crear boicot económico, creando una columna desde el interior que ayude a sus propósitos.
A EUA le aterra la unión de los pueblos en una identidad latinoamericana, conceptualizada en la Patria Grande. La izquierda latinoamericana se ha caracterizado en llevar este tipo de visión de hermandad y cooperación mientras que la derecha se ha caracterizado en la concurrente disociación y servilismo a los EUA; dicho de otra manera, la izquierda ve hacia el sur y la derecha ve hacia el norte. Una América Latina unida se convertiría en poco tiempo en una superpotencia mundial soberana, y esto va en contra de los intereses de EUA. Por lo tanto, EUA se dedica a la desunión y querella de los países latinoamericanos.
Panorama económico global
El capitalismo es un sistema explotador económico de catástrofes cíclicas, su modelo neoliberal ha asegurado y ha implantado las bases para el extremismo de este, generando la mega explotación y, por ende, mega desigualdad que vivimos.
El modelo neoliberal rompió y sustituyó al capitalismo regulado, donde gobiernos establecían limitantes, buscando prevenir los excesos y aminorar las tendencias catastróficas del capitalismo en son de una sociedad más igualitaria.
Pero el neoliberalismo no sólo busca desregular al capitalismo sino que también busca desmantelar a los gobiernos, reduciendo su poder, privatizando las empresas Estatales y los bienes de subsidio para hacer negocio.
El método de privatización no es complicado: Se reduce el presupuesto y se aumenta de manera ilegal el saqueo de sus recursos, se exponen las pobres condiciones de las instituciones y se promueve la privatización como solución.
El discurso neoliberal condena al político corrupto y santifica a la clase alta, que viene siendo el patrón del político corrupto. Porque para implementar tal modelo antisocial la clase alta necesita de políticos acordes. Es decir, visto desde el punto de vista gubernamental, detrás de un político corrupto hay empresarios felices.
Como consecuencia el ambiente económico global se ha vuelto insostenible. La súper acumulación masiva de la riqueza producida por la clase trabajadora (clases bajas) ha superado niveles concebibles. Tal riqueza no vuelve a aplicarse en mínimo porcentaje a la población por medio de impuestos debido a la evasión y elusión de las grandes empresas al utilizar paraísos fiscales, aprovecharse de descuentos impositivos y/o condonación legal o ilegal de impuestos (implementados por sus políticos). Y además se debe tomar en cuenta que las grandes empresas se dedican a sorber el presupuesto público, haciendo negocios turbios con los gobiernos.
El neoliberalismo abre campo al capitalismo clientelar, es decir, a la situación de subasta donde la gran empresa actúa como consumidor y los Estados rematan sus recursos para que la gran empresa decida establecerse en ellos. Rematan no solamente sus recursos materiales y sus leyes, también al humano.
Las bancas de desarrollo en los Estados también han desaparecido, y ahora los gobiernos deben de recurrir a banca comercial donde se pagan intereses exorbitantes. Esto, más lo anteriormente explicado, provoca la aceleración de crisis económicas en gobiernos que se ven obligados a endeudarse con instituciones internacionales; préstamos que les son dados a condición de seguir con políticas neoliberales.
Los Estados neoliberales, cada vez más desmantelados y reducidos en su espiral suicida, entonces prosiguen con la reducción de subsidios a la población y la aplicación de «programas de austeridad», más alzas en impuestos y costos que precarizan más las condiciones de vida de las clases bajas.
Acorde a datos OXFAM, en 2010, 388 individuos poseían la misma riqueza que la mitad de la población mundial, en el 2016 fueron 62 individuos y en 2017 son sólo 8 individuos. Contar a 8 individuos y decir que tienen la misma riqueza que la mitad del mundo es absolutamente escandaloso.
Entre 1988 y 2011 el ingreso del 1% de la población mundial ha incrementado 182 veces más. Por otro lado, la mitad más pobre de la población mundial ha perdido más del 40% de su riqueza en los últimos 5 años. La gran mayoría de los ciudadanos del mundo, es decir, las clases bajas, se están quedando al margen de la reactivación de la economía.
Vale mencionar que, de acuerdo al Índice Global de Esclavitud (IGE), ahora hay más esclavos en el mundo que en cualquier otro momento de la historia.
Estos son efectos de la guerra de clases, de la explotación brutal, y no de nacionalidades.
En EUA los ingresos del 50% más pobre de su población se han congelado en los últimos 30 años mientras que los del 1% más rico de su población han aumentado un 300%.
Es un insulto la doctrina de llamarle «mercado global» o «globalización» al modelo neoliberal cuando muestra todo lo contrario. Ella incluso se atreve a proclamar que las víctimas del sistema mejoran bajo el mismo.
El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), mecanismos de imposición neoliberal por medio de préstamos, así como otros mecanismos internacionales, se encargan de esparcir mentiras sistemáticas acerca de la pobreza. Por medio de medios de comunicación masivos afines aseguran falsamente que las condiciones mejoran para las clases bajas, y entonces las mentiras son esparcidas y dadas por hechos por intelectuales y economistas adoctrinados.
Estos grandes beneficios que aseguran esos mecanismos criminales se basan en ingresos de menos del costo una taza de café al día. Aparte, no mencionan que esos supuestos ingresos que supuestamente salvan a la clase baja de la pobreza se aprecian a causa de la migración de la gente del campo a la ciudad, donde los costos de vida son mucho mayores. Son, de hecho, mentiras tan desasociadas con la realidad que cruzan completamente hacia la fantasía.
Un ejemplo muy claro es el engaño sistemático a la población al hacerles creer que pertenecen a una clase más alta que la que en realidad pertenecen, esto para que vean a las clases bajas como ajenas a ellos y por lo tanto un peligro para su estatus, cuando en realidad los hacen actuar en contra de sus propios intereses.
La decadencia del unilateralismo y la revuelta interna dentro de EUA
Con el desastroso modelo neoliberal las condiciones dentro de EUA empeoraron para las clases bajas mientras el Estado proseguía su proyecto imperialista utilizando a su fabricado villano.
A traspiés proseguía cuando en 2008 ocurrió la crisis bursátil en EUA que prosiguió en una crisis financiera global y derivó en una crisis alimentaria a nivel mundial. El descontento y las condiciones, entonces, se arreciaron aún más en las clases bajas.
Debido a la pésima administración del carismático genocida, Barack Obama, que duplicó la deuda externa del país, la más grande del mundo, en términos de política interna del país, donde gran porción de la población no se considera, los estadounidenses de apoyo a demócratas cada vez más optaron por el abstencionismo en elecciones y los estadounidenses de apoyo a republicanos fueron progresivamente radicalizándose hacia ilusiones retrógradas.
Mientras tanto países solventes como Rusia y China crecieron económicamente y por lo tanto iban adquiriendo mayor liderazgo. EUA quedó enfurecido tras el acuerdo ruso-chino del intercambio comercial en monedas nacionales, expulsando al dólar de ellos. Esto, por supuesto, no ocurrió sin EUA intentando frenarlos.
La decadencia del unilateralismo de EUA ya estaba sucediendo pero la oposición de Rusia a la destrucción de Siria (que busca bloquear los planes del gasoducto sirio-iraquí-iraní, que favorece a Rusia, y bloquear el proyecto de ‘rutas de la seda’ de China) a manos de terroristas disfrazados por EUA y aliados como «rebeldes» y la oposición al golpe de Estado en Ucrania realizado por neo-nazis (que bloquea los planes chinos del segundo trazo de ‘rutas de la seda’ y presenta un peligro para la seguridad rusa) dio el momento significativo que anunció la decadencia del mundo unilateral y el avance a un mundo multilateral.
Con ello, EUA aplicó sanciones económicas contra Rusia buscando interrumpir su proceso de crecimiento económico y aumentó tensiones bélicas contra China, apoyando a la vez a opuestos de sus querellas, así como incrementó su propaganda anti-rusa y anti-china.
Otro ejemplo es el caso de Turquía, aliado de EUA que se encargaba de pasar por su territorio hacia Europa el petróleo producido por los terroristas en Siria y también ofrecía santuario a los terroristas en retirada. Cuando Rusia tomó acción en Siria y los terroristas comenzaron a replegarse, las acciones de Erdogan fueron revelando ambiciones imperialistas neo-otomanas a medida en que las fuerzas de EUA, continuando con su intención de balcanizar la región, fueron apoyando una rebelión independista kurda y haciendo volver a resonar la idea de “Kurdistán” que, en parte, sugiere territorio turco así como iraní, iraquí y sirio. Adquiriendo poderes especiales tras atentados de bandera falsa en su territorio y un falso Golpe de Estado, Erdogan intervino contra el Estado Islámico en Siria para detener también la rebelión independista kurda.
Turquía, Rusia e Irán, junto con las fuerzas del ejército sirio, derrotaron a ISIS en buena parte del territorio y formaron una coalición para la supervisión de seguridad y planeación para la reconstrucción del país, apoyada por el gobierno de Bashar al-Ásad. EUA y aliados quedaron aislados y aún intentan entrometerse.
El 2016, donde se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en EUA, exhibió como exabrupto el pleito entre la clase alta neoliberal y conservadora, donde el único candidato de izquierda, con voz de las clases bajas, Bernie Sanders, fue hecho hacia el lado por el partido Demócrata para dar cabida a la neoliberal, lunática y criminal de guerra, Hillary Clinton. Por el partido Republicano, el magnate Donald Trump logró la candidatura gracias a sus discursos xenófobos, irracionales y reaccionarios que hicieron fuego en el descontento de parte de la población que busca una alternativa.
Cabe señalar que en EUA existen neoliberales en ambos partidos. Las diferencias entre neoliberales «demócratas» y neoliberales «republicanos» son políticas y sociales, no económicas.
La victoria de Donald Trump dio un duro golpe a la agenda neoliberal puesto que el magnate es nacional-proteccionista; en un segundo plano removió la decrépita máscara y dejó a la luz la tremenda hipocresía y prejuicios de un país que se auto-nombra en valores.
La élite neoliberal no perdió tiempo. En lugar de aceptar su derrota, fabricaron que Rusia había intervenido en las elecciones estadounidenses en favor de Trump, que declaraba en sus discursos no tener intenciones de enemistad con el país ruso sino de cooperación para erradicar al terrorismo. De tal manera la élite neoliberal prosiguió su campaña anti-rusa y generó el distanciamiento del nuevo presidente con Rusia, para no alentar rumores; dos pájaros de un tiro.
El proyecto Trump
La visión del magnate supremacista, Donald Trump, raya en lo irracional. Sin embargo, su irracionalidad es también es inconsistente puesto que ofrece, en ciertos puntos, posición alterna a la establecida que ofrecería mejor circunstancia de forma primaria o secundaria.
El muro que desea fortalecer (porque ya existe) entre el territorio mexicano y el territorio mexicano ocupado por EUA, y que desea México pague, es una pérdida de tiempo y recursos. La diatriba irracional que culpa al migrante «mexicano» (que en verdad es mexicano, centroamericano y en parte sudamericano) de los problemas estadounidenses en materia de seguridad va contra las estadísticas que aseguran que, de hecho, el migrante es menos violento. Las grandes oleadas de migración surgieron a raíz de las políticas neoliberales (como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)) que devastaron el campo interno de sus países, entre otras pérdidas. La violencia provocada en el lado mexicano por el narcotráfico es efecto del lineamiento de la «guerra contra el narcotráfico» impuesta por ellos y llevada a cabo por el alcohólico Felipe Calderón para a la vez legitimar su usurpación y después por el monigote usurpador, Enrique Peña Nieto, y el tráfico en sí es gracias a que EUA se rehúsa a legalizar las drogas e implementar un eficaz programa de salud que reduzca la adicción de su población, cuyas clases bajas sufren los peores efectos. Asimismo el desgobierno mexicano, por lineamiento de EUA, con el Plan Frontera Sur ya sirve como retén inhumano a las oleadas de migrantes que vienen de Centro y Sudamérica. Pero, siendo consciente, o no, de la irracionalidad, tal promesa fue de las más populares del presidente y buscará llevarla a cabo o utilizarla como extorsión en las negociaciones con el país mexicano.
Trump, viendo los avances en cooperación de China y Rusia, ve un gran problema. De los dos países, ve naturalmente a China como la mayor amenaza a la hegemonía económica estadounidense en el mundo. Por lo tanto en su discurso buscó romper esa unión al buscar distención con Rusia y tensión con China. Lamentablemente para él tal visión ha sido agravada y ha perdido su ímpetu por las conspiraciones fabricadas dentro del país.
Los constantes ataques mediáticos a su administración han desacelerado su proyecto. Llegándolo a acusar de «aislacionista», un término repugnante refiriendo a la falta del uso de la fuerza en otros países, ahora han avanzado en medida de sus acciones a llamarlo extremista. Las catalogaciones del presidente a los medios masivos de información de «noticias falsas» son una verdad a medias, es decir, existen noticias que sí son falsas pero hay noticias ciertas y/o parcialmente ciertas; esto es porque el bombardeo de esos medios tiene directriz neoliberal y utilizan tanto la verdad como la mentira para dañarlo. Además su administración se ha visto agravada al ser traicionada por la parte neoliberal del Partido Republicano que se ha unido con su adversario. Por lo tanto el presidente ha tenido que cambiar su discurso para contentar al Congreso, arremetiendo contra Irán, Corea del Norte y Venezuela, e intentar avanzar discretamente con sus objetivos geopolíticos primarios.
Todavía no es tiempo para sacar conclusiones en cuanto a la aspiración de combatir el terrorismo. Lo cierto es que EUA ha atacado a grupos terroristas a su estilo (con total indiferencia a las vidas inocentes), dejando a su paso catástrofes humanitarias.
Las fuerzas terroristas, según la ONU, están migrando hacia el sudeste asiático. Uno puede suponer que ahí servirán a los intereses de EUA desestabilizando, bloqueando, sirviendo de excusa para invadir los países y así estropeando los planes de China, el mayor rival a los ojos de Trump.
El revés al modelo neoliberal no se ha presentado y sólo se han visto casos de empresas quedándose en EUA por mano de Trump. No ha habido decisiones en la revisión del TLCAN, pero es de conocimiento que Trump busca romper el tratado o reformarlo a uno que vea más conveniente para su país. Siendo que es nacional-proteccionista, Trump busca que la industria estadounidense vuelva a su país y los trabajos de manufactura sean para los estadounidenses, idea que no ven como favorable las élites neoliberales pues supone mano de obra más cara en territorio con leyes más duras. No obstante, lo que se ve ahora es una campaña de miedo infundido a la población, realizada por los medios de comunicación, sobre el «desastre» que sería eliminar el tratado.
En verdad el mayor peligro que presenta el magnate irracional, Donald Trump, es su negación al cambio climático. EUA es la segunda nación que más contamina en el mundo y ha sido el país que en total más ha contaminado en el mundo. Las órdenes ejecutivas que remueve el plan de acción por el cambio climático y que facilitan las minas de carbón, más la orden de salida del Acuerdo de París auguran un gran peligro para la naturaleza y consecuentemente para el ser humano.
Puede que gran parte de su discurso sea usado como método de extorsión para negociaciones pero es indudable que la figura del nuevo presidente de EUA representa a un imperio en decadencia.
México, subjetivo de EUA
El desgobierno criminal mexicano es un Estado alineado completamente al imperialismo de EUA y uno de los ejemplos más crudos en el mundo del desastroso impacto del neoliberalismo en un Estado satélite. En él yace una horda de políticos corruptos que funcionan como organización criminal y son siervos de la clase alta, esa horda que promulga las leyes escritas por esa misma clase.
¿De qué otra manera se hubiera podido conseguir el establecimiento de un sistema tan antisocial que con ese tipo de políticos corruptos?
El discurso neoliberal de condenación al político corrupto y santificación a la clase alta (sus jefes) es pan de cada día en México.
Carlos Slim sale a decir que “México ha desaprovechado sus oportunidades económicas desde hace 30 años” y se reproduce con alegría en los medios. Algunos hasta lo llaman y sueñan en tenerlo como presidente. Tan adoctrinados al discurso que omiten pensar que Carlos Slim es probablemente el mexicano más beneficiado del modelo económico neoliberal de los últimos 30 años, que ha destruido al país, que él heredó Telmex (patrimonio del pueblo) y la convirtió en la compañía telefónica más cara del mundo.
Slim es también alabado como santo por las donaciones dadas para la reconstrucción de México tras los terremotos sufridos, donde prometió dar 5 pesos por cada peso donado a su fundación. No ven la gran estafa que realizó. El dinero de los que donaron y no pidieron para deducción de impuestos, será donado a nombre de Slim, es decir, Slim se deducirá más impuestos con donaciones; significa un potencial 16.66% de reducción dentro del esquema. Aparte su plan de reconstrucción está ideado para el beneficio de sus empresas. La recolección de donaciones sería innecesaria si, como mínimo, pagara sus impuestos completos pues así habría más que suficiente para el fondo de desastres; y en el hipotético donde pagara sus impuestos, no habría la horda de políticos parásitos que existen, pues son ellos los que se encargan de satisfacer sus intereses. Carlos Slim viene siendo sólo un ejemplo de cómo la clase alta engaña y hace negocio con la miseria.
Todos los desastres anteriormente explicados del modelo neoliberal se visualizan claramente en México. Crímenes de Estado, saqueos y tácticas de exterminio, en un ambiente de desigualdad extrema y enriquecimiento extremo de la clase alta, colman a la nación que se ha convertido en el segundo país más violento del mundo. Pareciera que EUA, que se jacta en su discurso de ser el “salvador del mundo”, estuviera del otro lado del planeta. Pero la realidad es que es un Estado criminal protegido porque sirve a sus intereses.
No obstante, el desgobierno mexicano, a pesar de su extremo malinchismo, no ha estado ausente de las humillaciones de EUA. La política en relaciones exteriores, que antes era más diplomática y mostraba visión particular, ha sido subyugada a sus lineamientos; subyugación que se aceleró tras la entrada de Trump a la presidencia.
Trump humilla y México se arrodilla más, cede más, pero busca proteger el TLCAN.
¿Por qué sucede esto? Porque el desgobierno mexicano se halla entre la espada y la pared, es decir, el desgobierno mexicano se halla entre el imperialismo de EUA y el modelo neoliberal dictado. Una posición de siervo que busca desesperadamente apetecer a sus dos amos.
Disyuntiva, alternativa y metamorfosis en México
El sector parasitario en poder planea y prepara el seguro fraude en las elecciones presidenciales del 2018. Para esto encarece las ya encarecidas instituciones electorales y busca que las múltiples alternativas electorales que presentan los candidatos “independientes” a la presidencia dispersen el voto de la gran porción del pueblo que busca un cambio, así como alentar al abstencionismo.
Le dicen “el voto duro” a la participación electoral del PRI. Eso, combinado con la compra masiva del voto que realizan, el abstencionismo y una votación contraria sumamente dividida, aumentan sus posibilidades de victoria. Si no es así, siempre existe la posibilidad de corromper el sistema para usurpar como ya lo han hecho anteriormente.
Andrés Manuel López Obrador del partido MORENA es el hombre que buscan vencer en el 2018. Su proyecto nación es visto como la alternativa con mayor popularidad contra el actual ambiente tóxico.
Sin embargo, tal proyecto no traerá un verdadero cambio y arriesga todo al seguro fraude del 2018. Los hoyos en el discurso, el intento de cambiar al sistema por dentro y la fe de que figuras cambiarán a la nación promueven la inacción social. El discurso es demasiado blando a las regulaciones al capitalismo, enfocándose más a la austeridad y regulación gubernamental siendo que el despilfarro y la precarización son producto de la desregulación al capitalismo del modelo neoliberal. Asimismo, el discurso de conciliación entre las clases bajas y la clase alta promueven la inconsciencia de clases y el discurso de que el problema es la corrupción política, “la mafia del poder”, generan ignorancia sobre el problema sistémico; tal conciliación de clases nunca podrá suceder porque supone la permanencia de la explotación y tal corrupción no se erradicará mientras se permita la explotación. Además la usanza de viejas tácticas de cacicazgo con candidatos elegidos por dedazo y la incorporación de políticos parásitos dentro del proyecto vaticina que no en mucho tiempo el partido llegará al nivel de degradación del PRD.
Y es desde abajo, desde las clases bajas, desde los indígenas, donde emerge la propuesta sabia de la liberación y la metamorfosis de México. Tal movimiento ha sido atacado por simpatizantes y miembros de MORENA con la misma irracionalidad que le critican a la derecha. Su irracionalidad va al nivel de suponer que MORENA es del PRI porque el hermano incómodo de López Obrador es priista; ridículo pues. Los acusan de dividir el voto sin entender la diferencia ideológica entre socialdemocracia y el comunismo libertario.
Esta propuesta que señalan no es la minoración al voto, es decir, no es la reducción de la acción popular a votar. Ni esto es un llamado electoral. Su discurso no explota la demagogia de figuras mesiánicas que salvarán al país gracias a tu voto sino es un llamado a la acción popular permanente, remarcando que sin ella no habrá cambio, no busca la conciliación con la clase opresora sino es un llamado a la disolución de clases. Es discurso de entendimiento del vínculo directo entre naturaleza y ser humano; poniendo al ser humano como el objetivo de la producción es poner la naturaleza al mismo nivel de respeto. Es la propuesta de un mercado cooperativo y no rival, una economía planeada y no especulativa, un gobierno de poder disuelto entre la población y no concentrado en figuras o corporaciones, es decir, verdaderamente democrático y libre.
Con o sin, no importa. Lo importante es el contenido del mensaje. Las clases bajas necesitamos levantarnos ya para tirar al sistema que nos oprime y establecer uno humanista. La concientización, discusión y acción son esenciales para establecer las bases para el cambio. La explotación es violencia. La rebeldía es legítima. La prórroga a las elecciones del 2018 es fútil. Y el gusto, o no, por la política es irrelevante pues esta sienta la atmósfera que gobierna más sobre nuestras vidas que particulares empleos.
Es tiempo de una metamorfosis, es decir, una mudanza de la avaricia a la libertad, de la pobreza a la riqueza humana. Las acciones anarquistas de cooperación social, tras los terremotos sufridos en el país, dan ejemplo de que es posible hacerlo.
Comandante Haza. México, 30 de octubre 2017.
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