Rafael Mathus
Reforma
Nueva York, Estados Unidos (14 diciembre 2014).- Con un pulido trabajo de promoción, el Peña Nieto construyó durante sus primeros años en Los Pinos el «momento mexicano» y se ganó «elogios» en Estados Unidos.
Esa visión, ahora, ha cambiado.
Las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias y la crisis de seguridad que desató la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa han golpeado la credibilidad y la «fortaleza» [JA, que lambiscones estos de Reforma] de su «gobierno» y sacudido la confianza de los inversores, señalaron analistas consultados por REFORMA.
«El gobierno ha quedado mal parado y no ha encontrado una manera efectiva, proactiva para responder», dijo Shannon O’Neil, investigadora para América Latina del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, según sus siglas en inglés).
«Es muy sorprendente. Cuando algo malo ocurre, usualmente los políticos salen, piden disculpas y responden de una manera fuerte diciendo que van a investigar, que van a hacer algo al respecto. No he visto empatía o un reconocimiento de por qué la gente está molesta», explicó la investigadora.
Por su parte, Juan Carlos Hidalgo, analista para América Latina del Instituto Cato, dijo que el manejo de la situación en Iguala ha sido desastroso.
Pero el escándalo por el posible tráfico de influencias del Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa, que financió la compra de casas del «secretario de Hacienda», Luis Videgaray, y de la Primera Dama, Angélica Rivera, es distinto porque el «gobierno» es responsable directo.
«Es la primera vez que a un Presidente [sic] en ejercicio se le cuestiona por posible tráfico de influencias y corrupción. Eso es bueno porque estamos ante un nuevo México, pero no sabemos que pasa en un país cuando a un Presidente [sic] se lo cuestiona de esa manera», comentó Hidalgo.
Duncan Wood, Director del Instituto de México en el Centro Wilson, de Washington, observó que los inversores extranjeros sabían ya de los problemas con la seguridad de los ciudadanos en México.
Ahora, dijo, se muestran preocupados por cuestiones como la transparencia de los contratos, el respeto a la ley y la corrupción.
«Esto se está convirtiendo en una luz roja para muchas empresas», opinó.