MARGENA DE LA O
La Jornada
Chilpancingo, 10 de septiembre. Policías de las fuerzas estatales catearon el penal de Chilpancingo y golpearon a los internos, quienes se amotinaron en sus celdas pidiendo el ingreso de reporteros y personal de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum), denunciaron sus familiares que esperaban afuera, muchos desde las 6 de la mañana, por ser día de visita.
El visitador general de la Coddehum, Hipólito Lugo Cortés, confirmó que se trató de una operación en la que se decomisó droga, pero sin garantizar los derechos humanos. Confirmó abuso de autoridad: seis reos lesionados, dos de ellos con golpes de puñetes y cachas de pistola; recogió 40 denuncias de abuso.
Los familiares aseguraron que vieron cómo los policías estatales sacaron del penal televisores, licuadoras y radios. Denunciaron que también les quitaron dinero a los internos.
Los policías estatales armados que, según los familiares llegaron en patrullas con insignias de Fuerzas Estatales y sin placas, entraron a las 6 horas. Ocho horas después ingresaron los visitadores de derechos humanos para conocer el saldo. La versión que le dieron los internos, confirmó Lugo Cortés, es que junto a los policías entró un grupo de personas vestidos de civil y los golpearon.
Las requisas son parte de un programa de la Secretaría de Seguridad Estatal que se hace sin notificar, por confiabilidad. Informó el visitador que le notificaron, pero lo no admisible es que lo hagan con armas, maltraten y obvien las garantías de derechos humanos.
Por ser hora de visita en el penal, algunos familiares de los reos llegaron desde otras partes del estado antes la 6 de la mañana, y vieron a policías estatales ingresar con sigilo al penal, comentaron.
A las 9, hora oficial del comienzo de visita, los familiares ya sabían del cateo y de reclusos golpeados; sólo unos ingresaron antes de que los guardias supieran que avisaron a los reporteros. El resto entró después del personal de la Coddehum.
De 12 a 14 horas, los familiares, la mayoría mujeres, se concentraron en la puerta del Cereso pidiendo entrar. Una mujer que pasó a ver a su esposo salió con un mensaje para los reporteros: los reos pedían que ingresaran para documentar qué pasó. El director del penal, Daniel Patricio Ayala, quien sustituyó a Luis Miguel Lanster, asesinado en agosto, no lo permitió.
En cuatro momentos se oyó como los reos gritaban, sin claridad qué, pero los familiares decían que pedían a los reporteros, y que encargaban que no se fueran. La primera vez de los gritos, las mujeres, madres casi todas, empezaron a llorar.
Entre las que lloraban estaba Josefina Silverio, mujer de más de 60, originaria de Tlapehuala; era la primera vez que entraría al Cereso de Chilpancingo; su hijo tiene 15 días preso. Llevaba una bolsa de mandado con frijoles, carne, agua y pan para convivir con su hijo las seis horas de visita.
Un hombre, salió del penal tras el visitador, y le dijo, mientras daba entrevista a reporteros, después de las 16 horas, que los policías también robaron dinero. Comentó que a su esposa, en celda del pabellón de mujeres desde hace dos meses, le quitaron los 350 pesos que reunió esta semana por vender fruta a sus compañeros. Le dijo que fue una policía llamada Edith, que le dijo: “Ojalá te pudras aquí toda la perra vida”. Su esposa le ayuda a mantener los cinco hijos que tuvieron.