Leonardo Vázquez
SinEmbargo
Ciudad de México, 8 de julio (SinEmbargo/Pulso).- La organización civil Respuesta Alternativa ha documentado a lo largo de un año casos de niños de seis y siete años trabajando en campos agrícolas de San Luis Potosí, violación de derechos, explotación y posible trata de personas.
El proyecto fue financiado por la asociación Caritas de Estados Unidos y contó con el apoyo de la diócesis de Matehuala.
Desde septiembre del 2013, se inició a recabar testimonios, documentar en imágenes y conocer de manera directa ranchos e invernaderos del Altiplano.
“En todos los ranchos hay estas violaciones sistemáticas (de derechos), no hay uno que se salve”, dijo Alberto Carmona Sánchez, secretario técnico de Respuesta Alternativa.
Sobre el trabajo infantil dijo que “es omnipresente, en todos los ranchos, cuando ya tienen edad, 5 o 6 años empiezan a trabajar, ya cuando comienzan a caminar ya están cortando chile, tomate o todo eso”.
Y quienes son más pequeños están acompañando a sus padres en los cultivos, “por ejemplo llevan bebés y su instrumento de trabajo es una cubeta, o dos cubetas, en una llevan al niño y en la otra los jitomates y van arrastrando al niño junto con la otra cubeta”, afirmó Carmona Sánchez.
Además niños y adultos están expuestos a pesticidas, fertilizantes químicos y otras sustancias sin contar con ningún tipo de protección a su cuerpo, tampoco tienen servicios médicos y casi nunca media un contrato por escrito que establezca las condiciones laborales.
Aunque la investigación no precisa cuántos niños laboran en los cultivos, Alberto Carmona refirió que en dos albergues de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en Villa de Arista la semana pasada había cerca de 140.
Pero la cifra es mucho mayor porque muchos de los jornaleros no duermen en esos albergues, ya que laboran en municipios más apartados como Villa de Guadalupe, Guadalcázar, Vanegas, Cedral o Catorce, entre otros, además de que por tratarse de propiedades privadas no a todos han podido entrar.