Redacción La Jornada
En el regreso a clases continua la venta de alimentos chatarras en las cooperativas escolares a los alimentos saludables, debido a que los maestros y maestras prefieren tener mayores ganancias con las ventas a tener niños libres del sobrepeso y la obesidad, destacó el académico de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana, José Luis Castillo Martínez.
En las escuelas ha disminuido la venta botanas y bebidas gaseosas, pero no en su totalidad como lo planteó en el año 2011 la ley antiobesidad, aprobada por el senado, que tiene como propósito combatir la obesidad infantil, a través de medidas como prohibir alimentos y bebidas poco nutritivos en las escuelas del país
Martínez Castillo subrayó que la subsecretaria de Educación Básica en Veracruz, Xochitl Adela Osorio Martínez se ha mostrado consciente del problema y emitió recomendaciones de evitar la venta de alimentos no nutritivos dentro de los planteles escolares, sin embargo, no se percibe la misma respuesta por parte de los maestros y maestras.
“Seguimos picando piedra con la maestra Xochitl, para que en las cooperativas escolares se vendan alimentos saludables pero es increíble, porque muchos maestros de muchas cooperativas se oponen porque les reditúan mayores ganancias la venta de alimentos saludables”, afirmó.
Al tocar el tema de la mercadotecnia, el maestro, dijo que en la nueva ley del etiquetado de los alimentos, señala que no es necesario diferenciar los azucares como constituyente natural de los alimentos a los azucares industriales, que contienen las bebidas gaseosas.
Esta falta de información en el producto, comentó el maestro, perjudica la salud del consumidor, porque entonces no sabrá qué cantidad de azúcar consumirá.
“Deben de saber que un refresco de 600 milímetros le son adicionados hasta 12 cucharadas de azúcar y si el problema en México es la obesidad, el sobrepeso, y las enfermedades crónico degenerativas, pues esto es un atentado para la salud de los mexicanos”, expuso.
Al finalizar, Castillo Martínez consideró que la prohibición de la publicidad de alimentos chatarra en horario de niños no disminuirá el consumo de los mismos, porque al final es el papá o la mamá los encargados de comprarlos y llevarlos a la mesa del hogar.
“No basta con reducir la publicidad, ni el tamaño de porciones de los alimentos, sino con terminar con la venta de estos alimentos que lesionan la salud pero sobretodo que ya no se vendan en las cooperativas escolares”, finalizó.
