Se suicidan cuatro niños rescatados de «Mamá Rosa» por los daños psicológicos que les produjo vivir con ella

Benito Jiménez
Reforma

Cd. de México (15 agosto 2014).- Por diversos traumas, cuatro menores que habitaron en el albergue de Rosa María Verduzco, «Mamá Rosa», se quitaron la vida.

«Se han suicidado cuatro menores desde que ocurrió esto (la intervención al albergue)», informó Julio Hernández Barros, comisionado de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), organismo descentralizado del Gobierno federal.

«La mayoría (de los suicidios) ya en sus hogares de donde son originarios y, como nos reportan los propios familiares, como secuela de los daños psicológicos que les produjo el internamiento en esta casa-hogar. Estamos investigando esos casos», agregó.

El último menor que se suicidó fue reportado ayer, indicó María Ampudia, titular de la fundación «Y Quién Habla por Mí», quien acudió a la CEAV con varias personas que habitaban en el albergue de «Mamá Rosa» para denunciar los abusos de los que fueron víctimas.

«No pudimos llegar a tiempo con uno de los pequeños que iban a venir: se suicidó, se colgó, un chico de 11 años. Es una tristeza que a este pequeño no se le haya dado la oportunidad de resarcirse. Estamos tristes, de luto», lamentó Ampudia.

A algunos de los menores que estuvieron internados en el albergue La Gran Familia les fue robada hasta la identidad, indicó Hernández Barros.

Sus documentos oficiales como acta o certificado de nacimiento están desaparecidos o simplemente no existen, explicó.

«Ni siquiera ese derecho tan básico como el de la identidad fue respetado en ese albergue», remarcó el funcionario, quien rastrea las actas de nacimiento y la familia de quienes no reportan un expediente.

Hernández Barros y otros integrantes de la CEAV recibieron ayer a víctimas que estuvieron en La Gran Familia, el albergue dirigido durante más de 60 años por Rosa del Carmen Verduzco y que fue intervenido el 15 de julio pasado por fuerzas federales.

«El albergue mostraba una máscara maravillosa, pero abrías una puerta y encontrabas una cloaca con condiciones infrahumanas», dijo.

Comentó que los menores no deben ser institucionalizados o recluidos en albergues, donde deben permanecer sólo temporalmente, por lo que la CEAV trabaja en la propuesta de una figura de custodia provisional de niños, a través de familias, que quisieran tenerlos en su seno, sin fines de adopción.

«La opción de la adopción -aclaró el funcionario- vendría después, únicamente si se comprueba que no existen condiciones adecuadas para que permanezcan con sus familiares originarios.

María Ampudia, representante de «Y Quién Habla por Mí», indicó que se levantaron diversas actas ante la CEAV por los abusos que los ex internos de la casa hogar de «Mamá Rosa» han denunciado.

«Una por una, las personas van a levantar un acta y ya sabrán los comisionados qué es lo que se va a hacer, si necesitamos ir a otras instancias, iremos a las que sean necesarias, con tal de que todas las víctimas tengan voz», expuso Ampudia.

Renato Hernández Lacleffe, profesor de la UNAM y asesor de la fundación, explicó que lo que se exige es resarcir los daños a cada víctima.

«Lo que se busca es la reparación del daño de las víctimas y como este es un caso emblemático en materia de derechos humanos, pedimos que la CEAV despliegue medidas especiales, de protección, de apoyos específicos como tratamientos psicológicos y procedimientos jurídicos, de tal forma que se deslinden responsabilidades pertinentes», expuso el académico.

Hernández Barros exhortó a todas las víctimas de «Mamá Rosa» a que acudan a la CEAV para que reciban asesorías jurídicas o tratamiento psicológico.

«Algunos fueron víctimas de abuso laboral, otros de delitos sexuales, otros víctimas de lesiones, y tratos infamantes. Hemos visto que fueron tatuados con números o señas particulares del albergue, otros quemados», enlistó el comisionado.

‘Yo me cortaba por desesperación’

Lo que comenzó como un castigo se convirtió en un infierno de nueve años para Dulce Alejandra Lira Nolasco.

Por su mal comportamiento, esta joven fue llevada a los nueve años de edad por su madre Guadalupe Nolasco al albergue La Gran Familia.

«No le hacía caso a mi mamá y me decía que me iba a llevar a ese internado, luego le fueron con el chisme a mi mamá de que yo le pegaba a mi abuelita, pero eso no fue cierto, y mi mamá fue por mí y me llevó al internado, y el primer día me pegó ‘La Jefa’ (Mamá Rosa)», recordó Dulce Alejandra, ahora de 18 años.

Cada día en la casa hogar fue contado por la menor.

«Estuve nueve años, dos meses y seis días», indicó la mujer, quien mostró sus brazos cortados con vidrios, al acudir junto con otras víctimas a presentar denuncias por los abusos sufridos ante la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

Los primeros días en el albergue resultaron una pesadilla.

«Me dijeron que mi mamá no me quería y que por eso estaba ahí, que ella necesitaba estar con otras personas. Ahí nos quitaron los tatuajes, nos los quemaron, nos mordían, nos cortaron, bueno, yo también me cortaba sola, por la desesperación», narró.

Dulce Alejandra se escapó 12 veces. Se refugiaba en casas de amigas, pero personas que auxiliaron a «Mamá Rosa» la localizaban y la llevaban de vuelta al albergue.

«Los castigos por escaparme eran más fuertes, me encerraban en unos baños, nos cortaban el pelo, a rapa, para que así nos diera vergüenza por si queríamos volver a escapar. Al «Manitas» se lo llevaron envuelto en sábanas y no supimos más de él», explicó.

«Una vez Jaime (uno de los asistentes de ‘Mamá Rosa’) me pisó la cabeza y me comenzaron a pegar, que porque una amiga me prestaba un celular para hablarle a mi mamá y no era cierto. Una chava que se llamaba Karen era la que comenzó a hacer los chismes, y también ‘La Tatis’ me comenzó a pegar; también Aurora, maestra de orquesta, incluso a mi amiga le pegó, le sacó la sangre de la nariz, a todas nos pegaban, «El Lenguas» quiso abusar de mí», recordó.

«Mi hija tiene mordidas, incluso en la espalda aún se le pueden ver los dientes, me la quemaron en su brazo, son cosas que yo le he visto. ‘La Tatis’ me pedía dinero, yo cada ocho días le llevaba, después llevé dinero cada cuatro meses, a mi hija la encontré una vez con un desgarre, casi le sacaron el ojo», reclamó la madre.

Indicó que Verduzco le exigió 400 mil pesos y dos niños más para que le entregara a su hija.

Expuso que tuvo que vender una casa en la frontera para obtener el dinero, pero que a cambio Verduzco le pedía a la Policía de Zamora que se la llevaran para que ya no insistiera por su hija.

¿Por qué llevó a su hija?, se le inquirió a la señora.

«Yo quería darle un susto, que viera lo que sufrían las personas, que viera lo que pasaba realmente ahí, me dijo ‘Mamá Rosa’: ‘déjela para que vea como está aquí y en tres horas vienes por ella’, y cuando volví no me regresaron a mi hija, ahí estuve, anochecía, amanecía, anochecía, volvía a amanecer pidiendo a mi hija», lamentó.

Recuerda que Verduzco dejó a la señora ver a su hija sólo dos años después de que la dejó.

«La encontré desnutrida, golpeada, delgada, con un montón de piojos, sin poder hablar porque siempre estuvo un custodio enfrente», dijo.

Sin embargo, no le fue permitido llevársela y afirmó que una mujer de alias «Elota» y un hombre de apodo «Maiko», le exigieron dinero para su hija.

Nolasco exigió ayer a la CEAV que «Mamá Rosa» sea encarcelada.

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