Redacción Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, ordenó investigar el caso del menor Dominic, a quien su abuela amarró de pies y manos y cubrió su boca con cinta canela por “portarse mal”.
“Eso le pasa por latoso a Dominic”, escribió en su cuenta de Facebook Olga Zavala, presunta abuela del pequeño, junto con una foto en la que exhibe al menor llorando –vestido con playera naranja y rayas blancas y pantalón de mezclilla—con las manos y los tobillos envueltos en cinta canela y la boca cubierta con el mismo material.
La fotografía del niño, que según la presunta abuela era “un juego” y nada más por “un ratito”, se volvió viral en las redes sociales, al grado que el caso llegó hasta el gobierno capitalino.
La tarde de este martes, a través de su cuenta en Twitter, Mancera Espinosa dijo que giró instrucciones para iniciar una averiguación previa a fin de deslindar responsabilidades y salvaguardar la integridad del niño.
Y en un comunicado, laProcuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que “derivado de la exhibición por redes sociales de la imagen de un menor maniatado y una vez que pudiera establecerse la comisión de conductas ilícitas”, la Procuraduría capitalina inició una averiguación previa.
El lunes por la noche, la Policía Cibernética de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ubicó a Olga Zavala, la titular de la cuenta de Facebook que exhibió a Dominic, y de inmediato fue presentada ante el agente del Ministerio Público, donde se identificó como abuela del menor.
Dominic y sus padres fueron presentados ante la Fiscalía Central de Investigaciones para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes, donde se constató que el niño está bien de salud, aunque aún se le practican pruebas psicológicas para determinar probables daños.
El pequeño se encuentra bajo el cuidado y custodia de sus padres, cuya participación en la exhibición, no se ha acreditado. Dominic estaba a cargo de su abuela cuando fue maltratado.
Sin embargo, la autoridad los apercibió para conducirse con “estricto apego a su decoro de padres”.
