México, 5 de noviembre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- En pleno acto de la firma del «Mecanismo Federal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos» entre el desgobierno del priista Javier Duarte en Veracruz y el régimen usurpador de Enrique Peña Nieto, un fotógrafo fue hostigado por personal de seguridad del «gobierno» estatal y casi echado del evento.
La escena reflejó no sólo el nivel de simulación en todas estas farsas de «mecanismos de protección a derechos humanos», sino el verdadero rostro de los criminales que usurpan el poder en este país.
En el contexto de la violencia brutal en el sangriento territorio PRI conocido como Veracruz, particularmente dirigida a luchadores sociales y periodistas, los desgobiernos local y federal se comprometieron a «respetar en todas sus actuaciones el derecho a la libertad de expresión, se abstendrán de estigmatizar o hacer señalamientos incriminatorios en contra de personas periodistas; reconocerán la importancia de la pluralidad informativa y de la labor de las personas periodistas en una sociedad democrática; condenarán públicamente cualquier acto de agresión a periodistas; y eliminarán cualquier obstáculo al ejercicio de la labor periodística».
Justo cuando signaban el «compromiso», un fotógrafo era acosado por guaruras de Javier Duarte mientras participaba en una protesta silenciosa junto a otros periodistas, portando algunas pancartas pero sin entorpecer el desarrollo de ese teatro de hipocresía.
En un video difundido en redes sociales, se aprecia como el fotógrafo es hostilizado por los gorilas, quienes intentan despojarlo de su cartulina mientras lo van obligando a retroceder para sacarlo del recinto.
Conforme las agresiones van subiendo de tono, sus compañeros se acercan a los sujetos para grabarlos y exigirles que cesen el hostigamiento. ¡DÉJENLO!, grita finalmente una de las manifestantes, secundada en seguida por los demás concurrentes.
Sólo hasta que la mayoría de los reporteros protestaron contra esas agresiones, el priista Duarte ordenó a sus golpeadores que dejaran «expresarse con toda libertad a esa persona». En ese momento, sus compañeros volvieron a levantar cartulinas con fotografías de periodistas y activistas asesinados en Veracruz. Otra escena digna del teatro del absurdo llamado México…