Redacción La Jornada
En su afán por vender, la industria alimentaria cada día lanza más publicidad sugerente al comprador, sin embargo, esto no certifica que sea un producto saludable.
La Secretaría de Salud Jalisco exhorta a la población a no dejarse llevar por la marca, la publicidad o los precios, ya que no se trata de restricciones, sino de crear nuevos hábitos
“A menudo podemos encontrar en el súper o en las tiendas mensajes que acompañan a muchos envases y que con frecuencia resultan confusos para el consumidor. En ocasiones se recurre a mensajes que no van más allá del marketing o las necesidades de venta del producto”, mencionó Sigrid Raquel Pimentel Martín, nutrióloga de la Secretaría de Salud.
Algunos de los mensajes que pueden resultar sugerentes e invitar a la compra, pero que no siempre responden a las expectativas del producto son por ejemplo productos con pollo (salchichas, hamburguesas), el pollo y el pavo son dos de las carnes más magras, con menor porcentaje de grasa en su composición. Es fundamental leer la lista de ingredientes de estos productos, ya que muchos llevan como ingrediente principal la carne de cerdo y añaden pollo o pavo como uno más, pero no como el elemento principal, aunque en la etiqueta o en el envase destaquen esta información.
Con trozos de fruta. Algunos yogures destacan su aporte de fruta con la siguiente frase: “contiene trozos de fruta”. Una vez que se lee la lista de ingredientes, la realidad es que la cantidad de fruta añadida es mínima, entre un 2 y un 11 por ciento, lo que se traduce en 14 gramos de fruta por 100 gramos de producto. Un yogur con trozos de fruta no sustituye una ración de fruta diaria. Este mismo ejemplo también se puede aplicar a otros productos distintos que se acompañan del mensaje “con zumo de fruta”, entre otros.
Rico en Omega 3 o fuente de Omega 3. Algunas marcas de latas de atunes o sardinas destacan estos mensajes en su etiquetado. Es conveniente saber que este tipo de ácidos grasos saludables están presentes de forma natural en todo tipo de pescados azules, incluidos los que se encuentran habitualmente en el supermercado. Por lo tanto, que el envase lo destaque en su etiqueta no debe ser la razón que determine la elección del consumidor, por tener la creencia de que se trata de un producto más saludable.
La nutrióloga mencionó que es importante escoger productos que se adecúen a las necesidades sin sentirse condicionados por la publicidad.