México, 14 de junio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- No paran las brutales consecuencias de haber permitido la imposición del asesino de Atenco en Los Pinos.
De acuerdo con estudios que por separado difundieron el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), citados por el portal Sinembargo, México es el país con los salarios más bajos de América Latina, por debajo incluso de Haití que se considera el país más pobre del mundo. Este nivel se alcanzó con la llegada del iletrado Enrique Peña Nieto al poder –de forma ilegítima– en 2012.
Los salarios en México están catalogados como inferiores el umbral de la pobreza extrema, al oscilar entre los 2.50 dólares o 37.5 pesos diarios, coincidieron ambos organismos internacionales, que por cierto se rasgan las vestiduras haciendo estos «estudios» pero son los principales coayuvantes para que exista la pobreza en América y el mundo, al impulsar las fracasadas y brutales «políticas» neoliberales implantadas en México. Como el Fondo Monetario Internacional, el BM y OCDE son criminales de lesa humanidad institucionalizados al servicio de la olgiarquía mundial.
Mientras los países del cono sur han mejorado paulatinamente el nivel de ingresos de sus habitanes, aunque todavía con enormes rezagos en materia de calidad de vida y combate a la pobreza, la desigualdad prevalece en el contintente americano en buena medida por culpa de México y la región central, donde la pobreza no sólamente no se ha reducido, sin que se ha incrementado.
El estudio “Trabajar por el fin de la pobreza en América Latina y el Caribe: Trabajadores, empleos y salarios”, realizado por el Banco Mundial y citado por Sinembargo, exhibe la nula creación de empleos de calidad como un obvio factor de generación de pobreza. En esto, el actual régimen usurpador también ha mostrado su cara más brutal.
Por ejemplo, un estudio elaborado por la doctora María Fonseca Paredes y el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tec de Monterrey, arrojó que de los 655 mil empleos formales que se generaron en México hasta septiembre de 2014, 30 por ciento fueron eventuales, cifra que se duplicó en comparación con el mismo periodo de 2013. Además, el 60 por ciento de los empleos actuales corresponden al sector informal. Es decir, se generó empleo que prácticamente no contribuyó a la productividad ni a la economía nacional y familiar.
En ese sentido, el estudio de la doctora Fonseca demuestra las conclusiones del BM sobre la necesidad de crear empleos de calidad como elemento de combate a la pobreza, cosa en que en México no se está realizando porque a los criminales que se roban las instituciones no les interesa resolver este problema. Al contrario, su consigna es enriquecer cada vez más a quienes los impusieron en el poder. Si esto genera más desigualdad y pobreza, ni modo. Son «daños colaterales».
“La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en octubre de 2014, destacó que el reto para combatir la desigualdad requiere de políticas públicas integrales, en lo económico y en lo social, además de que deben contemplar la inclusión social, generar trabajo decente y productivo con un ambiente adecuado […] la OIT dice que en los próximos 10 años, México tendría que estar generando, sólo para aminorar el rezago que tenemos, casi 50 millones de empleos. Si México es la segunda economía de mayor tamaño de América Latina después de Brasil, y por lo menos se tendrían que estar generando 2 millones anuales para compensar toda la región. Las malas condiciones se van acumulando, la precariedad, empleos de calidad insuficiente, no se podrán ver las tasas de crecimiento que se esperan”, explicó la especialista citada por el portal Sinembargo.
Y sin una reacción enérgica de las masas para cambiar de fondo el decadente sistema político y económico de México, en 10 años estos especialistas seguirán denunciando peores condiciones de vida y planteando «políticas públicas integrales» que no se estarán aplicando, repetimos, porque a los delincuentes usurpadores no les interesa aplicarlas. Así de simple.
En un país que no genera empleos dignos y con un salario mínimo promedio de 70 pesos al día (por lo general la clase baja «gana» mucho menos que eso, como ya se demostró) pero con altas cargas fiscales de IVA e ISR, la consecuencia lógica es la POBREZA. No hay nada más que analizar.
El ejemplo más evidente que lo demuestra es la canasta básica, que cuesta MIL 743 pesos en este país. Un trabajador mexicano «gana» en promedio 0.6 dólares por hora de trabajo, por tanto simplemente NO PUEDE COMPRARLA.
Ahí tienen sus casi 30 años de «políticas neoliberales» que todo el tiempo nos están vendiendo como la panacea y que han dejado un país hundido en la miseria, hambruna y desolación, eso sí, con unos cuantos marranos acaparando toda la riqueza y las corporaciones trasnacionales en posesión total de nuestros recursos.
Aún falta les liquidar por completo la educación pública, los servicios de salud y entregar la infraestructura del agua, así como la consumación de la privatización total de Pemex. La «nueva legislatura» se encargará de ello en los próximos tres años. ¿Y el pueblo? ¿Qué obtendrá a cambio? Más esclavización y precarización de su poder adquisitivo. Esa es la tendencia en 23 años de salinismo y neosalinismo.
Si el pueblo mexicano ha sido capaz de sostener un sistema que lo está matando, puede perfectamente hacer lo contrario con sólo dejar de colaborar para el actual statu quo.
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO.»
Con información de Sinembargo