Héctor Briseño y Leopoldo Ramos
La Jornada
Acapulco, Gro., 3 de agosto. El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, pidió a las autoridades federales reflexionar sobre las reformas constitucionales y tomar en cuenta el riesgo que hay de estallidos sociales por las pretensiones de las enmiendas a la Carta Magna.
En el comunicado semanal, publicado también en el semanario de información y evangelización de la arquidiócesis de Acapulco, Mar adentro, Garfias dijo que hay una preocupación en particular, relacionada con la reforma energética, que prevé el uso de tierras ejidales y comunales para proyectos de desarrollo sin tomar en cuenta ni consultar a las comunidades.
“Podrían generarse conflictos con salidas violentas cuando se sacrifican los derechos de las comunidades en aras de proyectos de desarrollo” sostuvo.
El prelado puntualizó: “La cohesión social es un bien que ha de salvaguardarse y no debiera subordinarse a criterios como el lucro o el mismo desarrollo económico sin una visión de respeto a los derechos humanos”.
Asimismo, Garfias Merlos sentenció que la apuesta por la prevención, mediante el fortalecimiento del tejido social, es la mejor opción para disminuir los riesgos de la violencia y para sanear el entorno social.
Dijo que la Iglesia católica continuará trabajando en la generación y cultivo de lazos comunitarios en hogares y trabajos. “Es fundamental tanto para encontrar soluciones de fondo a los problemas como para el desarrollo humano”.
Recuperar el país: Vera
Por su parte, el obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, aseguró que, motivados por “la acumulación de ignominias y corrupción” que ocurre en México, en buena medida por funcionarios y legisladores, a quienes “en el menos agresivo de los casos se les puede llamar ignorantes, es real que la sociedad se está organizando” a fin de encontrar un rumbo distinto para el país.
“¿Dónde estamos los mexicanos? Somos muchos ciudadanos los que estamos pensando seriamente en la recuperación del país”, señaló en entrevista con este diario.
Descartó la opción de las armas, pues “ya mucho tenemos con las manifestaciones de violencia por el crimen organizado. Más bien es yéndonos a las bases para establecer un camino donde podamos recuperar al país, y no un camino violento.”
Vera sostuvo que las reformas constitucionales de los dos últimos sexenios son la consumación de una política económica diseñada hace más de 30 años para aprovechar los recursos del país y convertir en millonarios a unos cuantos, aun cuando eso signifique “el desastre nacional”. En todo ello hay una responsabilidad histórica de los diputados y senadores, señaló.
Calificó a la reforma energética de “la más radical de las aberraciones”, por “poner en juego nuestra soberanía nacional y frustrar cualquier esperanza de progreso y desarrollo para la gran mayoría de los mexicanos”.
Por otro lado, la Arquidiócesis de México afirmó que la reforma energética pretende que los recursos sean mejor aprovechados; sin embargo –sentenció–, para que cumpla con este objetivo, las finanzas de Petróleos Mexicanos deben ser saneadas, pues por la “opacidad y la corrupción”, el sindicato de la paraestatal “abusó de sus derechos hasta comprometer el futuro de los trabajadores”.
Los cambios a la Constitución en materia energética parecían “eclipsados por el daño financiero de una empresa que ha sido botín de pocos y lastre para los contribuyentes”, indicó el semanario católico Desde la Fe en su editorial de este domingo.
Señaló que “el escándalo es que los contribuyentes barran la basura para justificar la excelencia de la empresa” y aseguró que la Comisión Federal de Electricidad va “por esa misma ruta”.