Redacción / Sinembargo
Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).- La Gendarmería Nacional, el nuevo cuerpo de seguridad que lanzó Peña Nieto, llegó tarde y con una labor que más que proteger a la ciudadanía de la delincuencia común y organizada, parece destinada a cuidar los intereses empresariales como las instalaciones petroleras y plantas petroquímicas.
En un artículo publicado hoy el semanario inglés, The Economist, señala que mientras delitos como el secuestro golpean incuso a los lugares de recreación de los más ricos, como Valle de Bravo en el estado de México, Peña ha “gastado” 18 meses en su campaña para reformar la economía y atraer inversiones extranjeras. “En las raras ocasiones cuando habla de la delincuencia, argumenta que su estrategia de seguridad está haciendo el país más seguro”.
Peña Nieto señaló hoy, durante la 36 sesión del Consejo nacional de Seguridad, en la que se lanzó la llamada Gendarmería Nacional, que en lo que va del año los delitos de homicidio secuestro y extorsión han ido a la baja en comparación al mismo periodo de 2013, aseguró Peña Nieto, durante la 36 sesión del Consejo nacional de Seguridad, en la que se lanzó la llamada Gendarmería Nacional.
Citando datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el «gobierno» federal, aseguró que la tasa de homicidios se redujo en 12.5 por ciento.
En materia de secuestro y extorsiones, aseguró que en ambos la incidencia empieza a bajar, en el caso del secuestro, afirmó que en los primeros 7 meses de 2014 este disminuyó 6.8 por ciento en relación al mismo lapso de 2013.
Mientras que la extorsión registró una baja de 19.9 por ciento.
“En julio de 2014 se registró la cifra de extorsiones más baja, gracias a medidas como el bloqueo de señales de teléfonos en centros de readaptación social”.
En materia de robos, señaló que en junio y julio se registraron las cifras más bajas desde diciembre de 2012.
“Han sido datos muy puntuales de lo que se ha hecho falta por hacer”, dijo Peña Nieto.
HAY ZONAS “VULNERABLES”
The Economist asegura que el haber dejado de lado la seguridad, está alejando ahora a los turistas de sitios tradicionales, como el pueblo mágico del Edomex, donde antes se observaban “ricos” en jet ski y ahora sus calles se ven como si hubieran sido “víctimas de una maldición”: “Patrulladas por soldados, infantes de marina y policías federales con ametralladoras”.
La publicación asegura que es en las montañas y en las partes “vulnerables” del país donde se ha refugiado el crimen organizado.
Según la versión del «gobierno» federal, esta nueva corporación policiaca tendrá entre sus tareas la prevención de delitos de alto impacto y labores de proximidad social, además de que serán desplegados en puntos donde se requiera apoyar a las autoridades locales por el actuar de grupos delincuenciales.
“La nueva fuerza policial pomposamente llamada ‘La Gendarmería Nacional’, concebida en la campaña electoral de 2012. Tiene un nombre que hace eco de precursores paramilitares europeas como la francesa, pero la realidad es mucho más modesta porque sólo contará con 5 mil miembros. Tampoco se hará cargo de los esfuerzos de lucha contra el crimen del Ejército como el señor Peña había pensado originalmente. En su lugar, será una rama adicional de la Policía Federal, con lo que la fuerza total suma 41 mil elementos. Tendrá la responsabilidad especial de proteger los activos económicos de México, como las instalaciones petroleras, minas, granjas y demás”, destaca.
Monte Alejandro Rubido, el Comisionado Nacional de Seguridad ha afirmado que sus jóvenes reclutas, “no corrompidos por el trabajo policial anterior”, mejorarán la imagen de la fuerza. “Pero en lugar de promover la seguridad ciudadana, se parece más a una fuerza de seguridad empresarial. Su competencia se extiende desde la protección de los productores de limón contra la extorsión hasta asegurarse de que los narcotraficantes no disuadan a los extranjeros de invertir en pozos de petróleo y plantas petroquímicas”.
“Llegó tarde y es más pequeña de lo esperado, pero será bienvenido si se fortalece la Policía Federal”, aseguró a la publicación Rafael Fernández de Castro, experto en asuntos de seguridad. Otros dicen afirman que se centra más en las apariencias que realidades. “La Gendarmería es una aspirina para combatir un cáncer”, dijo, por su parte, Ernesto López Portillo, director del Instituto para la Seguridad y la Democracia. “El señor Peña está, básicamente, repitiendo la historia mediante la creación de más policías. Lo que necesitamos es una mejor policía “.
El mes pasado, Peña aseguró que durante el primer semestre del año los homicidios había caído 27 por ciento en comparación a 2012, antes de su elección.
El «gobierno» afirma que los secuestros, que subieron el año pasado, también están disminuyendo (aunque el 15 de agosto el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una advertencia de viaje que casi 70 ciudadanos estadounidenses habían sido secuestrados en México en la primera mitad del año).
Cita que a pesar de las cifras oficiales, en las encuestas, los mexicanos aseguran que todavía están preocupados por la seguridad como lo estaban antes de que Peña Nieto llegara al poder. “Eso es en parte debido a que en varias zonas de la tasa de homicidios sigue siendo intolerablemente alto” y cita el caso de Chihuahua que sigue siendo más de tres veces el promedio nacional.
La ciudadanía también está preocupada por otros delitos como el secuestro y la extorsión que se han multiplicado. “Estos son tan alarmantes para los ciudadanos comunes como ver a los miembros de las bandas de narcotraficantes matan unos a otros. Tales crímenes son especialmente prominentes en zonas ‘repletas de cinturones de pobreza, como Ecatepec y Nezahualcóyotl, que rodean la capital, donde las fuerzas del orden es corrupta y la violencia es tan rampante que tomar un autobús, en palabras de un analista, es un ‘deporte extremo’. Estas áreas reciben menos atención que zonas de ricos como Valle de Bravo”.
PARA LA FOTO
En este contexto, la publicación considera que el lanzamiento de la Gendarmería, será “una foto llamativa”, pero los analistas y ciudadanos consideran que es posible hacer algo mejor que reforzar el aparato de seguridad.
“El gobierno se preocupa más por la óptica que sobre el valor operativo de estas nuevas unidades”, dice Alejandro Hope, analista de seguridad.
Lo que es más, el mensaje implícito de la creación de una nueva fuerza policial civil es que el Ejército permanecerá en las calles.