Armando May Guzmán
Proceso
CUETZALAN, Pue. (proceso.com.mx).- Una mujer indígena acusa de negligencia a médicos del Hospital General de Cuetzalan por la muerte de su recién nacida.
A punto del llanto, Estefany Márquez Fuentes, de 21 años, explica que al momento del parto unos doctores le dijeron que regresara en 10 días mientras que otros afirmaron que no tenía suficiente dilatación.
Relata que el pasado martes 19 acudió al nosocomio debido a que desprendía mucho líquido vaginal. Ahí fue atendida por el doctor Alonso, quien le dijo que no tenía suficiente dilatación y “no se le habían roto las membranas”.
El médico consideró que no era nada grave pero pidió a la paciente realizarse un ultrasonido, el cual ella pagó de su bolsa en una clínica particular.
Márquez Fuentes detalla que en el hospital revisaron el estudio que arrojó que sí tenía líquido, pero le aseguraron que no requería ser intervenida en ese momento.
Comenta que al regresar al nosocomio el médico Alonso no estaba y la revisó otro doctor, quien le dijo que no tenía dilatación y que podía volver en uno o 10 días.
La mujer acusa que los médicos contaron con suficiente tiempo para atenderla pero sólo cayeron en contradicciones y nunca la canalizaron para llevar un adecuado alumbramiento; sólo cuando la vieron sangrar, señala, la atendieron de emergencia.
Agrega que la madrugada del miércoles 20 comenzó a sentir dolores y luego fue internada. No obstante, fue regresada nuevamente a su casa y la citaron a las 9:00 horas de ese mismo día.
Durante la consulta el médico le dijo que continuaba sin dilatación y le ordenó caminar.
“Regresé a las 4 al hospital y cada vez sentía más dolor, estaba otro médico y me dijo que llevaba seis de dilatación, que ya me iba a internar, salí para avisarle a mi suegra y vi que tenía sangrado. Me volvieron a revisar y el médico dijo que ahora tenía 9 de dilatación, me subieron con las embarazadas y me pasaron a quirófano”, detalló Estefany.
Recuerda que escuchó que su recién nacida apenas podía llorar. Posteriormente los médicos le informaron que la niña había muerto por ingerir sus propios desechos, lo que le ocasionó un paro cardiaco.
“Nunca vi a mi hija con vida, sólo me llevaron con ella pero ya había fallecido”.
Márquez Fuentes, trabajadora de una tienda en la cabecera del municipio de Cuetzalan, vive con su esposo Mario Alberto, de 23 años, quien trabaja como chofer. Cuenta que la pequeña muerta hubiera sido su primera hija.
Estafany indica que en el hospital de Cuetzalan argumentan que la niña murió porque ingirió su propio excremento, que “no podía nacer, no podía respirar y por eso no pudo vivir”.
Afirma que como ella hay muchos casos de negligencia médica y que espera que alguna organización la apoye para proceder legalmente.
La mujer considera necesario que haya médicos efectivos que se compadezcan de la gente.
El Hospital General de Cuetzalan está clasificado como de segundo nivel. Fue inaugurado el 24 de enero de 2011 por el entonces gobernador Mario Marín Torres con un costo de 188 millones de pesos, aunque no entró en operación por falta de servicios como agua potable y electrificación.
En septiembre de 2011 fue inaugurado por el ahora gobernador Rafael Moreno Valle y el 24 de febrero de 2012 el expresidente Felipe Calderón Hinojosa realizó una visita a sus instalaciones.
El nosocomio enfrenta múltiples problemas, entre ellos la falta de atención por no contar con suficientes especialistas; los conflictos internos entre la administración, dirección y sindicato y ahora por los señalamientos y denuncias que el Movimiento Independiente Obrero Campesino Urbano y Popular (MIOCUP) y ciudadanos hacen del servicio.