- El hecho, antes de una junta de las casas de justicia de San Luis Acatán y Cochoapa
- Los soldados les tomaron fotos y los cuestionaron sobre su transitar armados entre municipios
- Salen el pueblo y más policías comunitarios en defensa de los retenidos y logran su liberación
EFRAÍN LÓPEZ MORALES
La Jornada
Tlacoachistlahuaca, 2 de septiembre. Una veintena de militares retuvieron en la orilla de la cabecera municipal de Tlacoachistlahuaca siete carros en los que iban hacia el centro los responsables de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Crac) y 80 policías comunitarios armados, hasta donde llegaron más de cien pobladores con otros uniformados y obligaron a los soldados a dejarlos pasar, si bien estos retuvieron los vehículos.
Los coordinadores de la Crac de San Luis Acatlán, encabezados por Eliseo Villar Castillo, llegaron a las 11 horas a ese punto a bordo de tres camionetas, una con logotipo de la organización comunitarias, así como tres autos particulares, en los que viajaban policías con armas largas, quienes salieron una hora antes de Cochoapa, municipio de Ometepec.
Ya habían pasado un primer filtro que los militares colocaron en Dos Cruz, la desviación hacia Xochitlahuaca; pero los retuvieron en el segundo retén, en la orilla de Tlacoachistlahuaca, donde los miembros del Ejército les tomaron fotografías y les cuestionaron sobre su movilización con armas largas.
Habían trascurrido unos 15 minutos en esa discusión, cuando desde el centro de la cabecera municipal aparecieron más policías comunitarios armados, acompañados de decenas de pobladores, la mayoría mujeres mixtecas y amuzgas, que se habían citado en esta cabecera municipal para una reunión con autoridades municipales y estatales con la Crac.
“¡Por qué están deteniendo esos carros!”, gritó con voz de mando el policía comunitario que iba al frente del grupo, al tiempo que alentaba a sus acompañantes a rescatar a los dirigentes de la Crac, entre ellos Adelaida Hernández Nava y Nicolás de la Cruz Manzano, de San Luis Acatlán, y Rolando Benito Romero y Salvador Jiménez López, de Cochoapa, municipio de Ometepec.
Se generó un fuerte reclamo de los pobladores a los militares, quienes paulatinamente fueron cediendo, hasta tolerar el paso de todos los policías comunitarios con sus armas, pero retuvieron sus carros. Encabezados por Villar Castillo, marcharon hacia el centro del pueblo, donde las mujeres gritaron “¡fuera, fuera!” a otros militares que custodiaban el palacio municipal y el Zócalo.
El mediodía, los elementos castrenses se retiraron del centro de la población entre gritos de rechazo de las mujeres, y se fueron a colocar en la orilla, donde seguían las camionetas de la Crac, y al cierre de esta información –poco después de mediodía–, los militares rebasaban el centenar con más de diez patrullas, a la espera de la salida de los policías comunitarios armados.