Más de la mitad de usuarias del transporte público en AL ha sido acosada sexualmente: estudio del BM

Redacción / Sinembargo

Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).– El Banco Mundial (BM) en conjunto con autoridades locales realizó un programa piloto para buscar fórmulas efectivas para combatir el problema del acoso sexual en las unidades del transporte público en América Latina que de acuerdo a sus estimaciones ha afectado a más de la mitad de las mujeres que lo usan.

Aunque en varios países se han instaurado estos programas de vigilancia y prevención, la realidad es que el problema se ha incrementado en niveles exorbitantes llegando a afectar a casi la mitad de las usuarias, tal es el caso de México con un 65 por ciento y de Brasil con un 44 por ciento, dice el informe del organismo.

Roces, miradas lascivas, gestos e insinuaciones son las principales agresiones que las mujeres sufren durante sus trayectos.

En México, para hacer frente a los episodios de acoso y hasta de violaciones en el Metro del DF, desde hace años se estableció que los primeros vagones son exclusivos para las mujeres en hora pico. Hay barreras en el andén que muestran los límites de la zona con anuncios que dicen: “exclusivos para mujeres y niños”.

En el Metrobús, el sistema de buses de la capital mexicana, también se establece que las mujeres entren por las puertas delanteras de las unidades, y que esperen en las paradas en zonas exclusivas. La red de transporte público de la ciudad tiene también un servicio de buses rosados, en los que no pueden viajar hombres.

Sin embargo, expertos atribuyen que pese a los esfuerzo realizados por las autoridades mexicanas, “esta segregación en el transporte público no es sostenible, e insisten en que se debe trabajar en modificar los hábitos a largo plazo”.

Otros países, confrontados a la misma problemática, también están tomando acciones. En Brasil, la Cámara de diputados está analizando un proyecto de ley que podría penalizar el acoso sexual en el transporte público. La propuesta contempla multas y hasta penas de cárcel.

En Bogotá, mujeres policías encubiertas patrullan los buses del Transmilenio para poder alertar a las autoridades sobre cualquier acto de acoso sexual y, de ser posible, capturar a los infractores en la misma unidad.

El BM ha emitido otras recomendaciones como campañas de concientización que animen a los usuarios a unirse contra los agresores y nuevos servicios para darle más seguridad al usuario por ejemplo autobuses nocturnos que van hasta las casas de los usuarios, como en San Francisco. También nuevos servicios que busquen dar mayor seguridad y el desarrollo de aplicaciones móviles para denunciar el acoso, similares a Harassmap de Cairo, la cual crea un mapa con las zonas en donde se han presentado caso de acoso.

La investigación preliminar del estudio reveló cuatro denominadores comunes en entrevistas con los usuarios y responsables del transporte público. La primera fue la denuncia debido a que existe el sentimiento generalizado de que no vale mucho la pena reportar eventos porque es complicado y casi nunca hay resultados.

Un segundo problema es que no hay solidaridad entre los desconocidos. El organismo señaló que si hubiera un mayor sentimiento de comunidad, la gente se atrevería a alzar la voz cuando ocurre un incidente y apoyarían más a las víctimas.

Otro factor que los usuarios del transporte público ven como negativo es que muchas personas consideran que las medidas en contra del acoso a las mujeres impuestas por los gobiernos es “un parche” que no enfrenta el comportamiento inapropiado, y algunos consideraron que es otra manera de victimizar a las mujeres, ya que sugiere que éstas “eligen” someterse a los atropellos si no van en el compartimiento de las mujeres.

Finalmente se encuentra el tema de la infraestructura del transporte público. Los entrevistados asocian el tema de mejores instalaciones a la seguridad. Se sienten más seguros cuando las estaciones y las plataformas están en buenas condiciones.

A partir de estos resultados, los especialistas recomiendan varias medidas para enfrentar el problema.

Estos incluyen una campaña de concientización que anime a los usuarios a unirse contra los agresores, y nuevos servicios para darle más seguridad al usuario (por ejemplo, buses nocturnos que van hasta las casas de los usuarios, como en San Francisco. Las recomendaciones también incluyen el desarrollo de aplicaciones móviles para denunciar un acoso, buscar ayuda o información.

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