Isaín Mandujano
Proceso
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., (apro).- Pese a que esta entidad ha sido una de las más subsidiadas del país en los últimos 24 años, sigue siendo el estado más pobre de México, con peores condiciones que antes de 1994, año del levantamiento zapatista, alertó el economista Jorge Alberto López Arévalo.
El investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y docente de la carrera de Economía en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) aseguró que la economía estatal desde hace más de un siglo “ha tenido tasas de crecimiento mediocres, inferiores a la media del país, excepto en el periodo 1970-1980”.
En el marco de la conferencia “La economía de Chiapas, más de un siglo de cuasi estancamiento y los flujos migratorios actuales”, realizada en el primer congreso estatal de egresados de la UNACH, López Arévalo expuso que el cambio de modelo económico y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) “significaron un desastre para Chiapas, donde la economía no crece y no genera empleo y los desastres naturales hacen que se tenga que drenar población fuera de la entidad”.
Además, su área fronteriza aparece como la región con mayor expulsión en los últimos años, aunque las de mayor intensidad migratoria son la Sierra, Altos y Soconusco.
También resaltó que ahora hay más pobres que antes del levantamiento del EZLN, y que Chiapas aún se encuentra en el peor de los índices de desarrollo humano, pese al discurso optimista difundido en el sexenio anterior de Juan Sabines Guerrero.
Luego indicó que gran parte de los recursos públicos que se gastan en la entidad son producto de los impuestos del resto de los mexicanos, debido a que la capacidad de recaudación fiscal en el estado sigue siendo muy baja.
La entidad, insistió, ha tenido un profundo decrecimiento en los últimos 34 años, donde el campo ha sido abandonado y el campesinado migra a la ciudad, primero, luego a otros estados del país y en mayor medida hacia el extranjero.
En Tampa, Florida, destacó que hay una colonia de chiapanecos, todos indígenas de San Juan Chamula. Y como ellos se siguen formando otras comunidades y grupos de chiapanecos en Estados Unidos.
Para poner fin a ese estado de cosas, dijo que para empezar se debe ponerse orden en las finanzas públicas, aplicar una política de austeridad real, verdadera y no simulada, y desarrollar políticas públicas que ayuden a la sociedad a ser sustentable e independiente, y no seguir fomentando el paternalismo con los programas sociales clientelares.