Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- La Secretaría de Salud (SS) mantiene en el olvido las instalaciones médicas de la sierra de Zongolica; además de insuficiencias en médicos, enfermeras, medicamentos y material básico de trabajo, 90 por ciento de sus clínicas y casas de salud utilizan “diablitos” para el consumo de energía eléctrica debido a la suspensión del servicio “por falta de pago”; en algunos casos, salones de clases sirven para auscultación intrauterina que además se hacen con uso de lámparas convencionales.
De acuerdo con el dirigente sindical Enrique Ravelo, la mayoría de las instalaciones de salud en la jurisdicción sanitaria con sede en esta ciudad “están en pésimas condiciones y muy olvidadas por el secretario de Salud en el estado”.
Los cálculos arrojan que al menos el 80 por ciento de las 56 unidades médicas que existen en la Jurisdicción Sanitaria 7 “tienen un servicio deficiente debido a que carecen de insumos, unidades vehiculares, además de médicos, enfermeras y material de trabajo”.
En las comunidades de Tonapa, municipio de Tequila, y Chopilapa, en la sierra de Zongolica, “la atención médica se brinda no en las unidades médicas, sino en las aulas de las escuelas”, señala.
Revisan, dijo, a pacientes sobre pupitres de los alumnos. “Las revisiones intrauterinas, para exámenes como el papanicolaou, se realizan con lámparas convencionales, ya que no tiene el material. Esa es la realidad de la salud pública en el estado”.
“Se carece de médicos, no hay enfermeras, no hay medicamentos, no hay material básico de curación. No hay nada con qué trabajar. Eso es lo que no dice el secretario de Salud, Juan Antonio Nemi”.
Por si fuera poco, “hay otro problema. Tan grave es la falta de dinero en la Secretaría de Salud del gobierno del estado, que a la mayoría de las instalaciones médicas les suspendieron el servicio de energía eléctrica. No tienen luz y muchas de ellas de plano se tuvieron que colgar de diablitos. Calculamos que nueve de cada 10 edificios en la sierra recurren a esta práctica para poder solventar el servicio de energía eléctrica”.
El problema no sólo afecta a la misma población de la sierra de Zongolica, sino también a los más de mil trabajadores de la región, y que desempeñan su labor en medio de condiciones insalubres, con muchas deficiencias.
Otra deficiencia está en los refrigeradores donde guardan los productos biológicos o vacunas, por lo que ante un voltaje alto se corre el riesgo de que caduque.
Lo peor es que el jefe de la Jurisdicción Sanitaria en Orizaba, Andrés Manuel Esquivel Hazz, “conoce de las precarias condiciones en las que se trabaja, pero no hay respuesta a las peticiones que se hacen. La culpa de ello es una mala administración tanto en la jurisdicción en el caso de Orizaba como en la propia Secretaría de Salud”.