México, 2 de octubre 2014 (NOTIGODÍNEZ).- La megamarcha encabezada por el Comité 68 que concluyó con un mitin en el zocalo capitalino, finalizó alrededor de las 20:00 horas con saldo blanco. Los organizadores calculan una participación histórica de más de 30 mil personas.
Las movilizaciones se realizaron en dos rutas, ambas con destino al primer cuadro de la ciudad. Una de ellas, la más numerosa, partió de la Plaza de las Tres Culturas y la otra desde el Casco de Santo Tomás.
En medio de un doble sentimiento de luto y tristeza por la reciente partida del incansable luchador social Raúl Álvarez Garín y el asesinato de tres estudiantes normalistas de Ayotzinapa, los organizadores de la marcha, colectivos sociales, estudiantiles y líderes históricos del movimiento de 1968 llamaron a la unidad y a la democratización del país.
Tras guardar un minuto de silencio por el finado Raúl Álvarez Garín, por los normalistas asesinados y desde luego, por los cientos de víctimas del régimen priista en la matanza de Tlatelolco de 1968, diversos líderes tomaron la palabra desde un templete instalado por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), para expresar su solidaridad con el movimiento de los jóvenes del IPN y de la Tribu Yaqui que se opone a la construcción del Acueducto Independencia en Sonora, que saqueará su agua para entregarla a los industriales de Sonora y Nuevo León.
También demandaron la libertad inmediata de todos los «presos políticos», tanto los pertenecientes al movimiento yaqui como el resto de los que luchan contra los llamados «Proyectos de la Muerte» emprendidos por el actual régimen del PRI y AN. Se exigió la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, desparecidos desde el viernes pasado, y como cada 46 años, surgió el clamor de justicia por la brutal matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco aquel triste 2 de octubre de 1968.
Félix Hernández Gamundi, integrante del Comité 68, aseguró que volverán a abrir el juicio penal contra el ex presidente Luis Echeverría Álvarez, secretario de gobernación en 1968, a quien señalan como uno de los principales responsables de la masacre. Esto, en memoria de Raúl Álvarez Garín, uno de los principales impulsores de esa exigencia.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) reportó saldo blanco desde el principio y hasta el final de las movilizaciones. El organismo refirió un calculo de 9 mil asistentes y ningún detenido ni personas lesionadas.
Hacia las 19:45 horas, poco antes de concluir el mitin en la Plaza de la Constitución, todas las vialidades en las que se habían aplicado cortes a la circulación fueron reabiertas sin incidentes.
Únicamente el diario Reforma en su versión digital estuvo al pendiente de los «desmanes» que pudieran realizar presuntos anarquistas –a los que el diario maliciosamente denomina «anarcos»–, reportando vandalización de un cajero automático sobre el Eje Central a la altura de Garibaldi y pintas en un bajopuente cercano a ese punto.
El citado diario también reportó destrozos en algunos comercios del Centro y agresiones a ciudadanos ajenos a la marcha. En BBVA Bancomer 5 de Mayo esquina con Palma, sujetos con la cabeza y rostro cubierto rompieron ocho vidrios con piedras y palos.
También hicieron pintas y golpearon algunas cortinas de locales cerrados, según el mencionado rotativo.
Otros negocios blindados con vallas metálicas de tres metros de altura, como el Monte de Piedad, fueron pintarrajeados incluso por encima de las vallas. Además, lanzaron botellas a un restaurante sobre 5 de Mayo, antes del Primer Cuadro; los objetos eran lanzados para superar la altura de las vallas y causar daño en los negocios.
Por estos hechos no hubo ningún detenido pese a la prescencia de granaderos y policías auxiliares.
En tanto, el periódico La Jornada que realizó una cobertura total del evento en su portal de Internet, no reportó ningún tipo de violencia o desmán por parte de los supuestos anarquistas. Cabe mencionar que uno de ellos tomó la palabra durante el mitin para explicar las razones de su movimiento, en completo orden y respeto al movimiento.
Con información de Reforma y La Jornada