Redacción La Jornada
El defensor de los derechos humanos de los migrantes, expresó su consternación ante los hechos de violencia que ocurren con los normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, denunciando que “México es una tumba clandestina, porque todo lo enturbian y no hay claridez en la justicia mexicana”.
En entrevista, Solalinde señaló que “han vuelto los malos tiempos al Estado mexicano”, haciendo alusión a las matanzas del 68, de Aguas Blancas, Acteal y Tlayala.
Asimismo, el también director de la Casa del Migrante en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, advirtió que “por dignidad”, el gobernado de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, debe “renunciar y liberar a los presos políticos que él mismo encarceló”.
De igual forma, responsabilizó al presidente Enrique Peña Nieto de la violencia que se registra en el país, demandado que este asuma su responsabilidad como titular del Ejecutivo Federal, en un estado que se ha convertido en represor y perseguidor de los defensores sociales, jóvenes estudiantes y periodistas.
La sociedad civil está llegando a su límite, señaló el sacerdote, añadiendo que “no queda más que defendernos con nuestros propios medios de un Estado asesino”.