Pero síganle votando por esos criminales y dejando que hagan fraude…
En Nuevo Laredo, de casi mil, quedan 200; buscan otros empleos por la inseguridad.
David Castellanos Terán
La Jornada
Tampico, Tamps., 18 de octubre. A 90 años de su fundación, el sindicato de meseros Unión de Empleados de Restaurantes y Similares (Uers) enfrenta una desbandada debido a que sus afiliados ejercen su profesión entre la vida de la delincuencia y la crisis de inseguridad que enfrenta el estado, lo que ha ocasionado el cierre de sus fuentes de empleo.
Mauro Adán Huerta, secretario general de la Uers, explicó que en el sur de la entidad más de cien meseros han buscado otras alternativas de vida. “Ahorita los taxis son el auxilio de mucha gente”, dijo en relación a la violencia que sortean sus compañeros.
En Nuevo Laredo, el último municipio del norte de Tamaulipas, de casi mil agremiados sólo quedan 200, informó Mireya Rodríguez, mesera de aquella ciudad fronteriza que tiene cuatro puentes internacionales a Laredo, Texas.
“Los gringos ya no llegan a comer o a bailar; la mayoría de los negocios del centro están cerrados, incluyendo los más buenos, por ejemplo el Cadillac, el Dorado, el Victoria 3020, que eran los restaurantes a donde iban ciudadanos de Estados Unidos a comer”, comentó Raúl, mesero con más de 40 años de experiencia.
Otros empleados platicaron sus experiencias con respecto al cierre y blindaje parcial de sus centros de trabajo para que los capos coman, bailen o beban con toda tranquilidad, mientras su equipo de seguridad cierra las calles, “sacan a toda la gente y afuera los cerca la misma gente que los va a cuidar”, según comentó Camilo Ibarra, de San Luis Potosí.
Los declarantes fueron entrevistados durante la tradicional carrera de meseros que consiste en dar vuelta a la plaza de armas, en el centro de Tampico, con una charola sin derramar los platillos. Los ganadores se hacen acreedores a premios en efectivo y artículos para el hogar, ellos visten uniforme de gala: camisa blanca y pantalón negro.
Al festejo acudieron conexos de Torreón, Coahuila, y San Luis Potosí, entre otros estados, quienes coincidieron en las dificultades que tienen para ejercer su labor.