Pedro Diego Tzuc
Reforma
Cancún, (25 noviembre 2014).- El nuevo Hospital General «Dr. Jesús Kumate Rodríguez» enfermó antes de nacer.
En una analogía médica, la obra padece deficiencia prematura que no le permite crecer ni terminar su desarrollo.
Identificado como prioritario desde 1997 en un foro estatal de salud, el proyecto arrancó en 2010, en el último tramo del sexenio del entonces Gobernador Félix González Canto.
La inversión original prevista en 500 millones de pesos se ha disparado a más de 850 millones y los plazos para concluir los trabajos se prolongaron.
La gestión de González Canto dejó cimientos y columnas, además de la previsión de que se concluiría a finales de 2012. No ocurrió, ni tampoco al cierre de 2014, como se estableció en la prórroga.
Localizado en el Fraccionamiento Villas del Mar III, al poniente de la ciudad, el Hospital General que sustituirá al que ahora opera saturado registra un avance físico del 70 por ciento y financiero del 72 por ciento, según datos de la glosa del Tercer Informe de Gobierno del Estado.
Sin embargo, en el lugar se observó limitado movimiento de obreros y de maquinaria.
El conjunto está planeado para 180 camas, 33 consultorios de medicina externa, laboratorios y áreas de atención de segundo nivel.
«Ya pasaron tres secretarios de salud y tres veces han puesto la primera piedra», reclamó a su vez Rafael Pech Rivero, regidor de Salud entre 2005 y 2008 en el Municipio de Benito Juárez (Cancún).
Padecen saturación
Estadísticas oficiales demuestran que el viejo edificio del Hospital General de Cancún, también llamado «Dr. Jesús Kumate Rodríguez» está sobrecargado.
«En septiembre 19 de 2012 llegamos a tener hasta 253 pacientes hospitalizados, encamados, cuando es un hospital de 90 camas. Entonces imagínese, casi triplicamos.
«Tuvimos que comprar catres y ver la situación por la cual teníamos que atender. Hubo gente que hasta llevó sus camastros de playa para poderse acostar», reconoció Víctor Rivera Mellado, quien fungió como director general del nosocomio hasta junio.
El también ex presidente del Colegio Médico de Quintana Roo estimó que la activación del Hospital General de Playa del Carmen ayudó a disminuir la demanda de atención, pero sigue la presión en las antiguas instalaciones.
En la actual sede -ubicada en el centro de Cancún-, personal médico relató, a condición de anonimato, que laboran bajo limitaciones y deficiencias.
«Por ejemplo, en 12 meses del año el tomógrafo ha funcionado unos cuantos días o semanas; se hacen cuatro o dos estudios y se descompone. Por otro lado, apenas tenemos seis camas de terapia intensiva para una población de más de 900 mil habitantes», explicaron.