Familiares de los detenidos el 20 de noviembre denuncian terrorismo del «gobierno»

Eirinet Gómez
La Jornada

Xalapa, Ver. La noche del jueves 20 de noviembre, Lawrence Maxwell Ilabaca llegó al Zócalo de la ciudad de México a comprar tamales para cenar, justo cuando la policía del Distrito Federal comenzó a detener manifestantes que participaron en la marcha por Ayotzinapa, narró su hermano Dennis.

Allí lo aprehendieron y desde entonces ha permanecido a disposición de las autoridades junto con otras 11 personas acusadas de motín, asociación delictuosa y tentativa de homicidio. Según su hermano, ha enfrentado irregularidades desde su detención. «En la primera declaración no tuvo un abogado que él eligiera. Ello, en un debido proceso, es algo que se debe otorgar a un detenido.»

Denis Maxwell estima que, «en realidad, ellos ya están recibiendo un castigo al llevarlos a una cárcel donde hay criminales de alto calibre, en condiciones humillantes, donde se les da el trato de criminales». Sin embargo, insiste en que «ellos son inocentes y se va a comprobar».

Para la familia, dijo, la detención de Lawrence «ha sido una locura. Yo vivo en California desde hace años. Me entero de la situación en que se encuentra mi hermano, y llevo dos días en México hablando con mil personas que no conozco. Estamos conmocionados y no podemos creer que se encuentren en una situación como esta».

En relación con versiones que señalan a Lawrence como partícipe de los hechos violentos, Dennis comentó: “Se trata de decir que hay asociación entre los detenidos, y eso no es efectivo. Mi hermano no conoce a los demás arrestados.

«Mi hermano fue dirigente estudiantil en los años 80 en Chile, dirigente público, pero nunca ha sido violento y nunca cometería los crímenes que les están imputando.»

Terrorismo del gobierno

Otro de los detenidos ese día es Juan Daniel López Ávila. Su padre, Juan Francisco López Nepomuceno, señaló a La Jornada: «Basta ya del terrorismo del gobierno, porque nuestros hijos son apenas jóvenes. En mi caso, es un muchacho de 18 años, apenas cumplidos, y ya se encuentra en el penal federal de Villa Aldama tratado como criminal».

El día de la movilización, dijo, el joven pidió permiso en la escuela para faltar a clases y alcanzó a los manifestantes. «Cuando terminó la marcha, le hablé para saber dónde estaba y me dijo que golpeado y encerrado.»

Cuando el padre de Daniel llegó ante las autoridades le confirmaron que tenían detenidos, pero no sabían si su hijo estaba ahí. “Hasta las seis de la mañana lo confirmaron, pero me dijeron que podría verlo hasta las 18 horas, cuando le hubieran tomado la declaración.

«A las 20 horas me hicieron una entrevista y me llevaron hasta el sótano para que pudiera ver a mi hijo. Estuve cinco minutos con él. Lo revisé, y estaba lastimado del cuello.»

En cuanto a Hugo Bautista Hernández, de 21 años, otro de los detenidos, su hermano Miguel Ángel está indignado. Dijo que su consanguíneo estudia y trabaja. «Su hijo (de tres años), mis padres y mis hermanos lo estamos esperando en casa».

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