Ezequiel Flores Contreras
Proceso
ACAPULCO, Gro. (apro).- Domitilo Soto González burló la vigilancia del Estado Mayor Presidencial y se coló hasta la caravana en la que viajaba el presidente Enrique Peña Nieto para levantar hojas de papel periódico con los siguientes mensajes: “¡Fuera Peña!”, “Faltan 43 estudiantes en este país”.
Pese al impresionante operativo de seguridad el urbanista porteño que se opone al proyecto de remodelación del Zócalo de este destino turístico, consiguió llamar la atención de la caravana presidencial con sus singulares mensajes, a su llegada al puerto, donde Peña Nieto anunció un programa de reactivación económica para Guerrero.
El incidente ocurrió alrededor de las 13:30 horas, cuando la comitiva presidencial circulaba sobre el bulevar de Las Naciones y se dirigía a la sede del Fórum Mundo Imperial, ubicado en la zona Diamante de Acapulco.
En ese lugar, Peña anunció un nuevo esquema para tratar de reactivar la economía en la entidad que se encuentra sumida en una crisis de ingobernabilidad tras la masacre y desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Tras la protesta pacífica, el profesionista fue abordado por agentes del Estado Mayor Presidencial, quienes lo interrogaron por varios minutos y después lo canalizaron al área de atención ciudadana del gobierno federal.
Domitilo Soto dijo que decidió manifestarse pacíficamente porque es un clamor generalizado, la exigencia de justicia y presentación de los 43 normalistas desaparecidos.
“El presidente Peña tiene que entender que a cualquier parte que vaya, siempre le van a hacer el mismo reclamo, mientras no haya justicia y paz para los padres de los estudiantes y las miles de familias de otros desaparecidos”, expresó.
Luego, dijo que espera que el gobierno federal respete su integridad porque su protesta fue pacífica y explicó que está en contra del proyecto de remodelación del Zócalo porteño que ejecuta la Sefotur.
Ello debido a que destruyeron el tradicional quiosco y el proyecto prevé la desaparición de árboles, por lo que consideró que se trata de una obra que “no es armónica, sustentable, ni compatible con la convivencia social”.
La zona donde se realizó el evento prácticamente fue sitiada por soldados y policías federales con equipo antimotines ante la posibilidad de que se registran protestas masivas, cosa que no ocurrió.